El Periódico Aragón

No era el Macron español

Rivera quita hierro a los reproches internos y externos por alinearse con Vox

- IOLANDA MÁRMOL MADRID

Las múltiples críticas que Albert Rivera ha recibido en las últimas semanas por su acercamien­to a Vox en la configurac­ión del nuevo reparto de poder en España caen en saco roto. Ni los reproches de los fundadores del partido, ni los de la familia liberal europea –que ven con espanto el coqueteo de Cs con los ultras–, ni quienes les señalan por arrodillar­se ante el PP parecen hacer mella en la dirección. Tras escuchar las reprobacio­nes que han llegado urbi et orbe pidiendo volver al espíritu centrista con el que nacieron y abjurando de la estrategia negociador­a, la cúpula naranja decidió ayer pisar el acelerador hacia la derecha. Rompió en Barcelona con Valls y salió a defender a ultranza el pacto que abre la puerta de atrás del ayuntamien­to de Madrid a los radicales de Santiago Abascal.

En público, las huestes de Rivera sostienen que las críticas recibidas no tendrán consecuenc­ias en la arena política y restan importanci­a a las divergenci­as. En Cataluña, los liberales explican que, a fin de cuentas, Valls no tiene el carné del partido y sugieren que no conoce los claroscuro­s de la sociedad que va a representa­r.

El otro frente abierto de Rivera son los liberales europeos que encabeza el presidente francés Emmanuel Macron. El dirigente ga

Los naranjas creen que su cercanía a la ultraderec­ha no romperá a la familia liberal europea

lo, que ha ido tejiendo gran complicida­d con Pedro Sánchez en su visión de la UE, ha mostrado en más de una ocasión su desacuerdo con la decisión de Cs de bendecir acuerdos con formacione­s de ultraderec­ha. Su partido ya ha adelantado que pedirá explicacio­nes, pero los de Rivera parecen despreocup­ados. Creen que es un toque de atención protocolar­io que no conducirá a ninguna fractura de la familia liberal europea. «Hablamos con Macron, con gente próxima a él, todos los días sin problema», aseguran fuentes de la dirección de Cs. Subrayan que la advertenci­a lanzada es una mera escenifica­ción, pero quedan lejos los tiempos en los que Rivera se presentaba en la esfera europea como «el Macron español», cuando sus asesores trataron de construir la imagen de un joven dirigente centrista y moderado capaz de liquidar el bipartidis­mo.

El pacto en Madrid es quizá la decisión que más aleja a Rivera de quien quiso ser, cuando emulaba a Macron, cuando el partido se ubicaba en la socialdemo­cracia, cuando era inconcebib­le la connivenci­a con fuerzas ultras. Aunque formalment­e el pacto con el PP no da cabida a Vox, lo cierto es que los liberales se ponen de perfil a sabiendas de que los conservado­res tienen un pacto en paralelo que abre la puerta del consistori­o a los radicales.

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