LA CRECIDA PASA POR ZARAGOZA SIN CAUSAR DAÑOS.
Los dos embalses retienen a razón de 1.400 metros cúbicos por segundo La riada pasa por Zaragoza sin causar daños y se dirige hacia Mequinenza
El papel jugado por los embalses de Yesa e Itoiz ha debilitado el paso de la riada por el tramo medio del Ebro. La incertidumbre se traslada ahora a la Ribera Baja, en cuyos municipios confían en que las motas protectoras resistan la presión del agua.
El reducido impacto que la crecida del Ebro está teniendo en el tramo aragonés del río, entre Novillas y Mequinenza, se debe en gran medida a la función desarrollada por los embalses de Yesa y de Itoiz. Situados al norte de la provincia de Zaragoza y en Navarra, respectivamente, durante la actual crecida han llegado a retener entre los dos juntos a razón de más de 1.400 metros cúbicos de agua por segundo, procedente sobre todo de los ríos Aragón, Esca y Arga.
«Ha sido una tarea complicada, pues los embalses debían ir soltando la reserva paulatinamente con el fin de hacer sitio para nuevos aportes, manteniendo el equilibrio entre lo que podían contener y lo que se soltaba», explicó ayer un representante de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
Yesa en particular, afirmó el portavoz, «ha sido una pieza fundamental, gracias a herramientas como el Sistema Automático de Información Hidrológica y el Sistema de Ayuda a la Decisión», añadió.
En algunos momentos, cuando la llegada de agua al embalse era más abundante, por cada 800 o más metros cúbicos por segundo que entraban se soltaban solo cinco al cauce del Aragón, que desemboca en el Ebro cerca de Tudela. Y otro tanto sucedía en Itoiz, en la cuenca del Arga, donde salían 15 metros cúbicos por segundo por cada 550 metros cúbicos que engrosaban las reservas del pantano.
Este tira y afloja se mantiene incluso en estos momentos, con variaciones en los valores de entrada y salida en función de las circunstancias.
Esto explica en parte que la punta de la crecida pasara ayer por la ciudad de Zaragoza, a razón de 1.533 metros cúbicos por segundo, sin causar daños reseñables. A las seis y media de la tarde, de hecho, todavía no había sido necesario que los bomberos salieran para realizar achiques en el tramo urbano del río.
De hecho, el plan municipal de emergencias del Ayuntamiento de Zaragoza, activado en su fase 1 de las 3 posibles, fue desactivado a última hora de la tarde de ayer, una vez se comprobó que no se producían incidencias.
El concejal delegado de Bomberos, Alfonso Mendoza, explicó que el caudal registrado, más de 1.500 metros cúbicos por segundo, era muy inferior al que se había pronosticado, que era de 1.900 metros cúbicos.
Sin embargo, pese a que no se han registrado daños y las defensas han funcionado, un grupo de alcaldes del PP en Aragón exigieron ayer que se invierta en la reparación de las motas.
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