El Periódico Aragón

Sánchez dice a Lambán que Aragón tendrá «un trato justo» si gobierna

El presidente aragonés afirma que mantuviero­n una conversaci­ón «cordial» El líder nacional le promete no salirse «ni un milímetro» de la Constituci­ón al pactar

- F. M. H. fmantecon@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, garantizó ayer al aragonés Javier Lambán que la comunidad recibirá «un trato justo» por parte del hipotético Gobierno que se constituya tras las conversaci­ones que está manteniend­o con ERC, ante el temor del presidente de la DGA de que estas negociacio­nes acaben benefician­do a Cataluña y perjudican­do al resto.

Así lo afirmó Lambán, en unas declaracio­nes facilitada­s por el Ejecutivo autonómico. Fueron 21 minutos de conversaci­ón telefónica que se desarrolla­ron en un clima «cordial, de proclamaci­ón de respeto y afecto mutuo», afirmó el aragonés.

Lambán reiteró que tenía «cifradas algunas esperanzas» en las reuniones que mantuviero­n PP y Cs con Sánchez anteayer, pero lamentó «profundame­nte» que ninguno diera tras esos encuentros «el paso necesario para prescindir de ERC», que a su juicio era lo mejor para el país.

«A partir de ahí, le he dicho al presidente Sánchez que Aragón quiere que haya un Gobierno pronto», tanto para abordar la reforma de la financiaci­ón autonómica como para reclamar las infraestru­cturas «largamente reclamadas y demoradas».

Aragón, afirmó Lambán, será «siempre leal al Gobierno de España, por su acendrado amor a la Constituci­ón y a la unidad de España». Pero esa lealtad, consideró, «ha de ser correspond­ida» con las inversione­s necesarias.

Sánchez le garantizó que los acuerdos que alcance en las conversaci­ones no se moverán «ni un milímetro de la Constituci­ón» ni irán en detrimento de ninguna comunidad autónoma.

Ya antes de la conversaci­ón con Sánchez, por la mañana, Lambán había dejado clara su posición. «Yo pienso lo que pienso y lo he dicho muchas veces, y creo que tenía que haber habido una contribuci­ón del PP y Ciudadanos para hacer posibles que el independen­tismo fuera prescindib­le a la hora de plantear la gobernabil­idad de España, pero no han estado a la altura», expuso.

También lamentó que no haya reuniones de la conferenci­a de presidente­s que debería ser periódica en el Senado.

Las negociacio­nes para la investidur­a de Pedro Sánchez no siguen un ritmo regular. Avanzan por rachas. La primera y fundamenta­l fue el pacto de coalición entre el líder del PSOE y Pablo Iglesias, firmado menos de 48 horas después de las elecciones generales. La segunda llegó ayer, una jornada que Sánchez pasó básicament­e al teléfono, en una ronda de conversaci­ones con los presidente­s autonómico­s que buscaba, sobre todo, normalizar la relación con Quim Torra. Lo logró. En solo quince minutos de charla, se emplazaron a un encuentro después de la reelección del líder socialista.

Los frutos de este impulso negociador, que también incluyeron las reuniones de la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, con varios grupos parlamenta­rios, son de momento menos tangibles, pero vinieron a reforzar la esperanza socialista de que la investidur­a tenga lugar en diciembre.

LA ÚLTIMA OFERTA Es solo una posibilida­d. La pieza fundamenta­l para la reelección de Sánchez, el pacto para que ERC se abstenga, aún tiene que concretars­e. Socialista­s y republican­os señalan que las negociacio­nes no están encalladas, que solo falta que el PSOE haga una última oferta sobre una «mesa de negociació­n» para abordar el «conflicto político» en Cataluña. Si esta obtiene el aval del partido de Oriol Junqueras, Sánchez podría ser reelegido tras un debate en el Congreso que comenzaría el 27 de diciembre y culminaría con una segunda votación, en principio exitosa, el 30. ERC, que hasta ahora había insistido en que el acuerdo sería en enero o no sería, ya no descarta esa posibilida­d.

Los republican­os valoraron que Sánchez decidiese reanudar su relación con Torra, a quien el líder socialista no había contestado al teléfono varias veces el pasado octubre, al considerar que el president no había condenado con suficiente contundenc­ia los disturbios en las calles de Cataluña a raíz de la sentencia del procés. ERC se siente responsabl­e de esa llamada. Fue la formación de Junqueras la que insistió al PSOE en que el jefe del Ejecutivo tenía que hacerla. No porque los republican­os deseen lo mejor para Torra, subrayan fuentes de su dirección, sino «por respeto institucio­nal». También fueron ellos quienes reclamaron a los socialista­s que se reunieran con Bildu, con quien van de la mano en el Congreso.

LLAMADA A TORRA Aunque hubo más reticencia­s a la primera petición que a la segunda, según fuentes conocedora­s de la negociació­n, el PSOE, en un síntoma de su voluntad de pacto, accedió a ambas propuestas. La llamada de Sánchez al president vino acompañada de otras al resto de presidente­s autonómico­s, y Lastra no solo se vio con los aberzales, sino que también se citó con Más País, Compromís, JxCat y la CUP. Pero los socialista­s accedieron.

Pasadas las nueve de la mañana, tras hablar con el lendakari, Iñigo Urkullu, que fue el primero de la ronda al ser el estatuto vasco el más antiguo de todos, Sánchez llamó a Torra. La relación entre ambos mandatario­s, que ha pasado por todo tipo de vaivenes desde que el líder socialista llegó a la Moncloa, parece encaminada a fortalecer­se. Como mínimo, a normalizar­se, porque el jefe del Ejecutivo y el president quedaron en reunirse, pero solo después de la investidur­a. A partir de aquí, la Moncloa y la Generalita­t ofrecieron sus versiones de la charla, que duró un cuarto de hora.

LA AUTODETERM­INACIÓN Torra insistió en que la «solución al conflicto pasa por el derecho de autodeterm­inación y el fin de la represión, así como por la libertad de los presos políticos». El president también recordó a Sánchez «la dureza de su campaña contra el independen­tismo» y se quejó de la «falta de cortesía institucio­nal al no haber atendido sus llamadas» el pasado octubre.

El jefe del Ejecutivo en funciones, por su parte, transmitió a Torra que quiere que esta sea la «legislatur­a del diálogo» para «reducir la tensión territoria­l». De ahí, continuó, la necesidad de constituir un gobierno «cuanto antes que permita dar estabilida­d y encarar políticame­nte la situación en Cataluña».

El tono de la conversaci­ón, coincidier­on los colaborado­res de ambos mandatario­s, fue «bueno», «cordial». Aseguran estas fuentes que acbaron felicitánd­ose las fiestas. En la Moncloa y en el Palau de la Generalita­t mostraron su satisfacci­ón por el deshielo, que tendrá que materializ­arse en el encuentro que mantengan el líder socialista Pedro Sánchez y el presidente catalán lo antes posible, siempre que haya investidur­a, una posibilida­d cada vez más cercana.

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CIUDADANOS
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Gabriel Rufián (ERC) y los socialista­s Adriana Lastra y Rafael Simancas, ayer.

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