El tetris del hospital de Alcañiz
La obra ha encallado y ahora se inicia un complejo proceso administrativo de rescisión del contrato que, como máximo, se extenderá durante seis meses La vía judicial se contempla y la nueva adjudicación ya se hará bajo la nueva ley de contratos
El hospital de Alcañiz ha encallado y ahora, ¿quién lo desencallará? La margarita que hay que deshojar conlleva ahora un proceso administrativo muy complejo que, seguramente, no pasaba por la mente de quienes estuvieron presentes en aquella mañana soleada del 6 de octubre del 2017 en los terrenos de las obras. Aquel fue un día histórico porque, tras muchos años de promesas y proyectos fracasados, por fin se colocaba la primera piedra.
Aquel principio, con un Javier Lambán acompañado de varios consejeros de su gobierno, de miembros de la oposición, de la dirección de obras y de la corporación municipal de Alcañiz, ha pasado a ser ahora el comienzo del final. El contrato con la empresa está roto. Hay que volver a empezar. Y la infraestructura sanitaria vuelve a estar atascada y sumida en un terrible tetris de plazos y procesos del que se desconoce cómo y cuándo lograran encajar las piezas.
La teoría dice que el hospital debería estar listo para esta legislatura, pero la práctica y los últimos acontecimientos dejan dudas. Muchas dudas.
Tras el inicio del expediente de la rescisión del contrato con OHL-Dragados, la empresa tiene ahora 10 días para presentar alegaciones. Lo más previsible es que esta Unión Temporal de Empresas (UTE) lo haga y estas se tendrán que analizar técnicamente.
Consejo de Gobierno
En este punto es posible que la dirección facultativa de la obra tenga que emitir un nuevo informe técnico del hospital tras estudiar dichas alegaciones. Una vez que pasen estos diez días, la propuesta de resolución del contrato debe ser analizada por los servicios jurídicos de la DGA y por el Consejo Consultivo, que tiene que emitir un dictamen. La Intervención General del Ejecutivo autonómico será el penúltimo paso y, como última instancia, debe haber una ratificación por parte del Consejo de Gobierno de la DGA.
Para todo esto hay un plazo máximo de seis meses y ese último OK del Consejo de Gobierno será el que marque, oficialmente, el pistoletazo de salida para volver a iniciar el proceso de anuncio, licitación y adjudicación de un nuevo contrato de obras del hospital de Alcañiz.
En el mejor de los escenarios, que todo apunta a que no está ni se le espera, podría suceder que la empresa dé un giro inesperado a la historia y aporte recursos humanos y material para reflotar la obra. En ese caso, el expediente de rescisión del contrato sería paralizado de manera inmediata si la ute aporta garantías de continuar. Por soñar que no quede. En ese sentido, el balón está en el tejado de la constructora.
Al margen de quimeras, ya dijo el lunes la consejera de Sanidad, Pilar Ventura, que, mientras va transcurriendo el plazo máximo para resolver la situación, se irá ya preparando la nueva adjudicación. Sin embargo, ningún avance será aplicable hasta que no haya una resolución administrativa definitiva que determine que ya no existe relación alguna entre el Gobierno de Aragón y la empresa OHL-Dragados.
A partir de ahí se abrirá otro procedimiento del que se desconocen los plazos para volver a licitar la obra. Y, en medio, también podría abrirse la vía judicial entre la DGA y OHL-Dragados que, mutuamente, podrán acusarse. Ventura ya dijo que pedirán indemnizaciones y el final no parece de cuento.
La ley de contratos por la que se adjudicó el hospital de Alcañiz fue anterior a la vigente, que data del 2017. Por lo tanto, la obra ahora será otorgada con la nueva normativa, que conlleva adjudicar los trabajos por lotes y en diferentes partes. Tal y como ha ocurrido con el hospital de Teruel. Esto evita la adjudicación general de los trabajos a una sola empresa. ¿Podrían volver a optar a esos lotes pequeños la UTE formada por OHL-Dragados? La respuesta es sí. Por poder, podrían. Aunque ya no sería una sola empresa la que se encargara de la obra, sino que serían varias las que se repartirían el quesito de la construcción, tal y como marca la nueva ley.
Como máximo, en junio del 2020 finalizaría el plazo para resolver la rescisión del contrato. Pero de ahí en adelante se desconoce la celeridad con la que irá el nuevo proceso, que puede alargarse o no. El alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, ha pedido a Ventura y al gerente del Salud, Javier Marión, que al menos el edificio esté terminado (que no abierto) al final de la presente legislatura. Es decir, año 2023. Si las piezas de este tetris encajan, ese podría ser el escenario de Alcañiz. Siempre en el mejor de los casos.
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