El Periódico Aragón

La voz robusta de la transición

En cantautor Patxi Andion fallece en un accidente de automóvil a los 72 años Músico y también actor, deja como legado un cancionero que funde la emotividad, el costumbris­mo y la crítica social

- JORDI BIANCIOTTO eparagon@elperiodic­o.com BARCELONA

Dotado de una voz recia pero sensible, Patxi Andión cantó a los sentimient­os y las tribulacio­nes sociales, al lado oscuro del amor y a los marineros, vagabundos, prostituta­s, solitarios y maestros de pueblo. Una obra atenta al detalle costumbris­ta, con cierto rastro de melancolía y ánimo crítico, que vivió su era dorada en los años 70 y que quedó interrumpi­da ayer a las 8.55 horas de la mañana, con su abrupta muerte a causa de un accidente, a salirse de la vía el Lard Rover que conducía en el término municipal de Cubo de la Solana (Soria).

Crecido en una familia represalia­da por el franquismo, hijo de navarro y alavesa, Francisco José Andión González nació en Madrid (6 de octubre de 1947), si bien a los pocos días fue trasladado a Azpeitia (Guipúzcoa). Con apenas 20 años se enroló en un barco bacaladero que Época dorada le llevó hasta Terranova y luego, con la guitarra a cuestas, se asentó en París, recorriend­o cabarets de baja estofa y llegando a conocer a Jacques Brel.

El influjo del cantautor belga se apreció en su primer álbum, Retratos (1969), con canciones como la compleja Rogelio, de casi seis minutos, y la censurada La Jacinta, retratos descreídos con dinámicas y acordeones importados de la chanson. La soledad, la rutina de las largas relaciones y la sordidez carnal asomaban, reflejando madurez narrativa pese a su juventud, en 20 Aniversari­o y Samaritana, álgidas piezas de su segundo álbum Once canciones entre paréntesis (1971). Publicando uno o dos álbumes por año, A donde el agua (1973) contuvo su mayor éxito, Una, dos y tres, a partir de su observació­n del mercadillo del Rastro, donde no queda claro quién trataba de engañar a quién.

Su compromiso político se acentuó al situarse en la órbita del FRAP, mientras su carrera saltaba de la música al cine con El libro del buen amor (1975) y La otra alcoba (1976), cinta esta en la que conoció a Amparo Muñoz, Miss Universo, con la que contrajo matrimonio. Alianza breve que en según qué ambientes fue leída como una frivolidad y que sacudió su carrera. Él siguió a lo suyo, a su canción sensible e interioris­ta, con álbumes como Cancionero prohibido (1978, incluía la ácida Mi niñez, vetada en muchas radios) y Amor primero (1983).

Saltó al musical teatral con Evita, haciendo de Che Guevara al lado de Paloma San Basilio, pero con el cambio de tercio, político y escénico, que supusieron los años 80 se sintió desubicado, hasta el punto de suspender su carrera. Terminó estudios que había dejado a medias, los de Sociología, y se convirtió en profesor universita­rio, para volver a la música profesiona­l con Nunca, nadie (1998), regrabació­n de hitos pasados.

Un Patxi Andión maduro emergió en el notable álbum Porvenir (2010). En el 2018 emprendió la celebració­n de su 50º aniversari­o de carrera con La hora lobicán, álbum en el que plasmaba sus sospechas: «El nombre es lobo para sí, el hombre es perro, así es el hombre al fin».

Inspirado por el Rastro

 ??  ?? Patxi Andion, en una imagen de los años 70.
Patxi Andion, en una imagen de los años 70.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain