El Periódico Aragón

Duro golpe de la justicia europea a la española

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Una decisión judicial volvió de nuevo a sacudir el mapa político catalán y español. En respuesta a una cuestión prejudicia­l planteada por el Tribunal Supremo (TS) -no por la defensa de Oriol Junqueras-, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), con sede en Luxemburgo, dictaminó que el líder de ERC debería haber sido reconocido como eurodiputa­do tras su elección en las elecciones europeas del 26 de mayo y que, por tanto, gozaba de inmunidad parlamenta­ria desde que la Junta Electoral Central proclamó oficialmen­te los resultados el pasado 13 de junio. Esto significa que Junqueras debería haber sido autorizado a recoger su acta de eurodiputa­do en Estrasburg­o (como defendió en su momento la Abogacía del Estado) y que tendría que haber sido excarcelad­o hasta que el TS hubiera efectuado el pertinente suplicator­io al Parlamento europeo.

Sin esos suplicator­ios, el TS no podía dictar sentencia contra Junqueras. Dado que el juicio del procés terminó el 12 de junio, un día antes de la proclamaci­ón de los resultados, la nulidad afecta a la sentencia pero no a todo el proceso. Esto significa que Junqueras no debería haber estado en prisión preventiva entre el 13 de junio y el 14 de octubre y que el tribunal no debería haber dictado sentencia contra él. Uno de los extremos que deben dilucidars­e ahora es si Junqueras debería ser puesto en libertad hasta que se presente el suplicator­io y Estrasburg­o se pronuncie sobre el mismo. El TS ha dado cinco días a las partes para que se pronuncien sobre el fallo antes de anunciar qué pasos tomará.

Se trata de un durísimo varapalo judicial. Es grave en lo que se refiere a los derechos políticos de Junqueras que la sentencia afirma que se han vulnerado, y también en lo que respecta a la reputación de la justicia y, por extensión, de la democracia españolas.

El tribunal de Luxemburgo no es un ente ajeno al ordenamien­to judicial español, sino que es tribunal de última instancia. En este sentido, puede afirmarse que el sistema judicial funciona porque los diferentes niveles de enjuiciami­ento cumplen con las tareas que les son propias. Pero en un proceso como el de los líderes independen­tistas, que ha sido tan criticado dentro y fuera de España desde la misma instrucció­n, un resolución como la del TJUE daña al TS, una institució­n capital en el entramado institucio­nal de la democracia española que no puede permitirse la sombra del descrédito.

Ante el complejo escenario legal que se abre ahora, solo caben el respeto y el cumplimien­to de la sentencia, y no rancios enroques patriótico­s. La inmunidad como europarlam­entarios no solo protege a Junqueras, sino también a Carles

Puigdemont, Toni Comín y, brexit mediante, a Clara Ponsatí, de ahí la euforia en Junts per Catalunya, que ve refrendada la decisión de su líder de eludir a la justicia española. En su caso, las implicacio­nes políticas y legales (con las euroórdene­s) del fallo pueden ser trascenden­tales . Políticame­nte, está por ver si el fallo afecta a las negociacio­nes de investidur­a entre el PSOE y ERC. La actitud de la Fiscalía y la Abogacía del Estado los próximos días será clave en este sentido.

Ante el complejo escenario político qure se abre, solo caben el respeto y el cumplimien­to de la sentencia

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