Ángeles de la guarda
Luis Solanas Cebolla Zaragoza
Me entero a través de una amiga que, seguramente, se va a apuntar como voluntaria para ayudar en un programa de acompañamiento a sordo-ciegos, y me parece una idea estupenda, amén de enriquecedora. Estas personas se diferencian porque llevan un bastón a rayas blanco y rojo que simboliza esta doble discapacidad y están integradas en una asociación que tiene sucursales en las principales capitales de nuestro país, normalmente vinculada también a la ONCE. Los voluntarios me consta, que son de todo tipo y edad, sólo hace falta tener ganas de ayudar y seguramente con un breve curso de formación ya se puede ejercer como voluntario-a. Vaya desde aquí mi agradecimiento y seguro que el de toda la sociedad, por ser los ojos y los oídos de estas personas que a pesar de sus dificultades, se superan día a día dibujando una sonrisa lumínica a su alrededor. Son como yo digo los ángeles de la guarda de gente que merece mucho la pena. Gracias y ojalá cunda el ejemplo porque hace mucho bien y la satisfacción anida en el interior.