El Periódico Aragón

Desprecio a un congresist­a muerto

- JUICIO SIN TESTIGOS

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▶▶No hay figuras sagradas ni intocables para el presidente Donald Trump. Como hizo en su día con el senador John McCain, el presidente de Estados Unidos arremetió el miércoles contra el decano de los congresist­as durante el mitin que pronunció en Michigan casi a la misma hora en que el Congreso aprobaba el proceso para juzgarle políticame­nte. Trump sugirió que el fallecido John Dingell, quien sirvió durante 59 años en la Cámara de Representa­ntes tras luchar en la segunda guerra mundial, está en el infierno.

▶▶«Quizás nos está mirando desde abajo», dijo el mandatario estadounio­dense tras explicar que, cuando falleció el congresist­a demócrata, su viuda se comunicó con el presidente para darle las gracias por la ayuda que le prestó en el funeral y decirle que Dingell lo había estado «mirando desde arriba». El insulto estuvo motivado por el respaldo que unos minutos antes su viuda («Debbie Dingel, menuda belleza») había dado al ‘impeachmen­t’ como congresist­a del Partido Demócrata en Washington. só de querer anular el resultado de las elecciones «tras tres años de siniestras cazas de brujas, bulos y estafas» y describió más como «traidores» en un email de su campaña.

El proceso entra ahora en una fase incierta. Los republican­os pasan a tomar las riendas del juicio en el Senado, donde Trump tendrá que defenderse de los cargos de «abuso de poder» (por poner al servicio de sus intereses personales la política exterior para forzar a Ucrania a investigar a sus rivales políticos) y «obstrucció­n al Congreso» (por tratar de entorpecer la posterior investigac­ión parlamenta­ria). Lo hará a través de sus abogados porque no se espera que testifique. Los senadores estadounid­enses ejercerán de jurado y, aunque la ley establece que tienen que actuar de forma imparcial e independie­nte, el líder de los republican­os en la Cámara Alta ha reconocido que está «coordinand­o completame­nte» sus acciones con la Casa Blanca.

Mitch McConnell / quiere un juicio sin testigos, rápido y expeditivo para absolver cuanto antes al presidente aprovechan­do la mayoría conservado­ra en la Cámara Alta. Ya ha rechazado la lista de testigos presentada por los demócratas, que incluía al jefe de gabinete, Mitch Mulvaney, y el exasesor de Seguridad Nacional, John Bolton, y ha dicho que «no hay ninguna opción» de que Trump sea apartado del cargo. En esa misma línea se ha manifestad­o su correligio­nario, Lindsey Graham. «No voy a pretender que seré imparcial como jurado».

El punto de partida esgrimido por los conservado­res ha solivianta­do a los demócratas. «Hasta ahora no hemos visto nada que nos parezca justo», afirmó el jueves Nancy Pelosi.

Su partido pretendía que el proceso político comenzara a principios de enero para que no se solape demasiado con el arranque de las primarias demócratas en febrero. Pero ante las dificultad­es que están encontrand­o barajan dejarlo en el aire hasta que los republican­os fijen las reglas y comprueben si les dan las mínimas garantías procesales.

Nadie sabe a ciencia cierta qué impacto tendrá el impeachmen­t en las elecciones de noviembre. El país está totalmente polarizado, partido en dos mitades casi idénticas cuando se le pregunta en las encuestas si Trump debería ser destituido.

Lo que parece bastante claro es que el presidente sobrevivir­á al juicio como ha hecho durante toda su vida, una vida en la que ha pasado muchas horas en la puerta de los juzgados.

☰ en masa de vehículos oficiales desde el Kremlin, un recinto amurallado donde tiene su despacho Vladímir Putin, y que está situado a tan solo unos centenares de metros del cuartel del FSB. El Ministerio de Sanidad informó de cinco heridos y el FSB admitió que dos de sus agentes estaban en estado «muy grave».

En el momento del tirotero, Putin se encontraba en un concierto, precisamen­te junto al director del FSB, Aleksándr Bortnikov, y su homólogo del Servicio de Inteligenc­ia Exterior, SVR, Serguéi Naryshkin. Fuentes de los servicios especiales informaron de que probableme­nte el ataque estaba vinculado con un discurso de Putin para conmemorar el día de los servicios de seguridad, un evento en el que destacó, además, la efectivida­d del Estado ruso a la hora de neutraliza­r ataques extremista­s. Efectivos de la Guardia Nacional se habían desplegado en la plaza Lubyanka y sus alrededore­s.

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REUTERS Donald Trump, durante un mitin, en Battle Creek, Michigan, ayer.

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