Rafael Clemente, ingeniero industrial
Daniel
—Hemos aterrizado seis veces, 12 personas han pisado la luna.
—¿Por qué está un poco olvidado todo esto?
—El que se llevó todo el relumbrón fue el Apollo 11, los demás eran repeticiones para la gente. El Apollo 12 levantó un cierto interés pero la gente empezó a aburrirse, es una pena porque es una aventura irrepetible pero es así. En el Apollo 13 se da la circunstancia de que cuando transmitieron las imágenes de la cápsula camino a la Luna las tres cadenas nacionales decidieron que el público no estaba interesado y decidieron dar repeticiones de programas antiguos, y solamente volvió a interesarse un poco el público a raíz del accidente del Apollo 13 que hizo peligrar la vida de los astronautas. Con el Apollo 17 se acabaron los viajes a la Luna y 50 años después la gente se ha olvidado de ellos.
—¿Qué importancia tuvo el
—Es un vuelo prácticamente olvidado pero para mi gusto es más interesante que la misión del Apollo 11. Fue una misión muy divertida, es la que me cae más simpática y es la más interesante y humana de todos los vuelos a la Luna.
—¿Por qué?
—Básicamente porque en otros vuelos la relación entre los tres tripulantes era puramente profesional, se conocían y se respetaban. En el caso del Apollo 12 la relación entre los tres astronautas era de amistad incluso antes del vuelo y tenían un sentido del humor impresionante. Despojados de toda la trascendencia de ser el primer vuelo y todo el protocolo y el sentido histórico de aquello, fueron tres amigos que fueron a la Luna a pasárselo bien, hubo chistes, canturreos, comentarios graciosos y estaban fuera del acartonamiento del Apollo 11.
—Nombraba antes el accidente del ¿qué sucedió?
—La gente dirá que fue un fracaso, yo digo que fue el momento de verdadera gloria de la NASA. Para mi gusto superior al Apollo 11 porque fue un vuelo que tuvo un accidente gravísimo camino de la Luna, explotó un tanque de oxígeno que no solo era para respirar los astronautas sino que alimentaba a los equipos que producían corriente para la nave con lo cual la nave se quedó muerta. Tuvieron que improvisar en 72 horas 1.000 soluciones y problemas que no se habían
POR planteado nunca. Esa misión está llena de coincidencias. Despegó a las 13 horas 13 minutos y el accidente se produjo el día 13. Al final consiguieron volver sanos y salvos sin haber aterrizado en la Luna y fue una de las grandísimas hazañas tecnológicas de la NASA.
—¿Qué les diría a los escépticos que dicen que nunca se ha estado en la Luna?
—No se les puede decir mucho porque un escéptico llega a esa conclusión después de haber seguido un razonamiento ilógico. Es decir, con una conclusión predefinida de antemano para la que ha escogido ignorar una serie de detalles. Lo único que se le puede decir es guardar silencio. Tú sigue pensando en lo tuyo, yo seguiré creyendo lo mío.
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