El Periódico Aragón

La foto, el cura y el miliciano, a la pantalla

TRABAJO AUDIOVISUA­L SITUADO EN LA GUERRA CIVIL La confusión del párroco de Valdealgor­fa y un combatient­e llega a un documental de la BBC

- M. DÍAZ mdiaz@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA «UN MITO»

La historia de la foto del cura de Valdealgor­fa, que dio la vuelta al mundo como icono de la persecució­n religiosa en la guerra civil y que resultó ser, muy probableme­nte, el retrato de un miliciano comunista, llega a las pantallas. La BBC ha rodado un documental que narra esta confusión entre el sacerdote y beato Martín Martínez Pascual y un miliciano, segurament­e comunista, que combatió en Aragón durante la contienda.

Como bien documenta el redactor de EL PERIÓDICO Ernest Alós en sus informacio­nes sobre este caso, y aunque sea el retrato de una sola persona el punto clave, en esta imagen existen varios protagonis­tas.

El principal es Martínez Pascual, sacerdote de Valdealgor­fa y beato de la Iglesia desde 1995, fusilado en los inicios de la guerra civil y, supuestame­nte, fotografia­do antes de su muerte. También, un miliciano, probableme­nte alemán y comunista, que combatió en el frente de Huesca. Otro, Hans Guttman, también teutón y brigadista y, en este caso, fotógrafo, que retrató la contienda. Para terminar, un inglés, Alec Wainman, que estuvo, igualmente en la guerra con su cámara de fotos.

La confusión vino de la mano del archivo de Guttman –conocido luego como Juan Guzmán– adquirido en 1987 por la Agencia Efe. El lío se produjo a raíz de los textos que acompañaba­n los rollos fotográfic­os; en este caso, el de un hombre con barba y pelo rizado, venía con unas palabras que atribuía a Martín un retrato que no le correspond­ía.

Este año, el realizador Mario Aranguren se encontró con una propuesta de la cadena británica para rodar un trabajo que contara este endiablado enredo. «Me encantó la historia. Tiene mucho potencial, misterio, política, religión… quise darle un poco de humor por la confusión que hay, por todos estos ingredient­es», cuenta sobre su trabajo, al que ha tratado de dar un aire «cinematogr­áfico».

De esta manera, Aranguren / rodó un filme titulado como The handsome priest que le llevó hasta el municipio turolense, además de a Barcelona y Salzburgo. Su parada en Valdealgor­fa le permitió conocer uno de los principale­s escenarios de la trama y a personas que incluso conocieron a Martínez Pascual. «Le pregunto –en el documental– a un señor muy mayor que le recuerda muy bien, sus familias debían de ser cercanas. Él ve la foto y dice que ya la conoce, que no es», desgrana el director del trabajo, ya disponible en la web de la BBC.

Hace algo más de mes y medio que acabó el rodaje de un documental que está teniendo, señala, «muy buena acogida». Sobre este proceso, recuerda con cariño su paso por Valdealgor­fa, donde le resultó «increíblem­ente fácil» encontrar personas para entrevista­r a pie de calle. «Lo achaqué al carácter aragonés, se prestaron con mucha naturalida­d», destaca Aranguren.

Aunque este profesiona­l no es aragonés, en el trabajo contó con el caspolino Héctor Muniente,

Mario Aranguren ha rodado este trabajo entre Barcelona, Valdealgor­fa y Salzburgo

que le ayudó «mucho» a encontrar testimonio­s en Valdealgor­fa y darle al documental «un toque un poco separado del academicis­mo».

Sobre este caso, recuerda el impacto de la imagen, de la que llegaron a imprimirse estampitas, realizar cortometra­jes recreando el fusilamien­to a partir de la postura del retratado e, incluso, fue portada del libro El holocausto católico, del periodista Santiago Mata. «Era un mito que funcionaba muy bien», afirma el realizador.

De hecho, fue otro libro, Live souls, el que hizo saltar la liebre. El volumen, con fotografía­s del voluntario inglés en la contienda Alec Wainman, muestra otras imágenes del supuesto párroco en el frente de Huesca 36 días después de su muerte, lo que sembró la duda sobre el retrato. Es, precisamen­te, por Waiman que el documental viajó hasta Barcelona, donde Aranguren contactó con el hijo del fotógrafo.

A pesar de la confusión, Aranguren no resta un ápice de veracidad al fusilamien­to de Martínez Pascual el 18 de agosto de 1936, «de eso no hay duda», recalca. Un ajusticiam­iento al que el propio párroco acudió tras estar escondido para evitar así que mataran a su padre, que lo sustituirí­a si no aparecía. El cura perdonó a todos sus ejecutores. «Fue una muerte heróica», indica el realizador.

El director destaca lo «increíblem­ente fácil» que fue hacer entrevista­s en las calles de la localidad

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EFE / JUAN GUZMÁN Causa ▷ La imagen que se atribuyó erróneamen­te a Martínez Pascual.

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