Los embalses del Ebro superan en un 15% la media del último lustro
Las reservas llegan a los 5.830 hectómetros y alcanzan el 76,3% de la capacidad de la cuenca La situación cambia sustancialmente desde octubre, cuando hubo una alerta por sequía
Los embalses del Ebro sacan pecho tras un trimestre húmedo y un final de verano que no auguraba nada bueno. El volumen de agua recogido por estas infraestructuras se sitúa 15 puntos porcentuales por encima de la media de los últimos 5 años con 5.830 hectómetros cúbicos, el 76,3% de la capacidad total de la cuenca, frente al 61% del valor promedio. Un escenario bien distinto al de hace algo más de dos meses, cuando la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) cerró el año hidrológico en octubre con un volumen total de agua embalsada del 48% y una alerta por sequía en la margen izquierda.
En lo inmediato, las precipitaciones registradas esta semana en España, donde las borrascas Elsa y Fabien pasaron, sobre todo, en forma de lluvia, tormentas y viento, han elevado el volumen de agua acumulada en los embalses un 6% desde el lunes pasado. Pero la situación es algo más compleja. Contrastando con la metereología que ha habido estos últimos meses, y si se pone atención al balance anual para Aragón de la agencia estatal (Aemet) hasta la semana pasada, este año ha habido un 17% menos de precipitaciones en la comunidad, con un reparto muy desigual de las lluvias.
Esta situación la pone de relieve que agosto fuera húmedo, septiembre muy seco, octubre normal y noviembre muy húmedo. Todo, mezclado con un febrero muy seco, un junio seco y un julio húmedo.
Lo acontecido en el último trimestre, si se tienen en cuenta las lluvias de este mes, explican el cambio sustancial respecto al 1 de octubre y hace terminar el año con un volumen de la cuenca 8 puntos por encima respecto al 2018.
PRÁCTICAMENTE LLENOS Según / los datos aportados ayer por la CHE, algunos de los pantanos de la comunidad están actualmente muy cerca de alcanzar su capacidad total. El caso más llamativo es el de El Grado, en la localidad de Mediano, que se halla al 98,3% de sus 400 hectómetros cúbicos totales. Este embalse, además, ha visto crecer sus reservas algo más de un 2% en la última semana. Menos lleno, aunque más llamativo por su tamaño e incremento en los últimos 7 días, está el embalse de Mequinenza, el más grande de toda la cuenca. Ayer se encontraba al 90,3% de su capacidad total, de 1.534 hectómetros, frente al 83,3% de hace una semana.
Siguiendo con los grandes pantanos, el único en el que descienden sus reservas es el de Yesa, que baja tres puntos, hasta el 83,3% de su volumen máximo.
No obstante, fuentes de la CHE explicaron que este pantano abrió sus compuertas para desembalsar la semana pasada, cuando registró unas entradas de agua de magnitud tras el paso de las borrascas. Esta operación es habitual en esta época del año con el fin de alcanzar el conocido como volumen de resguardo, el necesario para acoger futuras aportaciones de caudales.
Como Yesa, también baja, aunque sensiblemente, el pantano de Santa Ana, entre Huesca y Lérida, que pierde 1,3 puntos esta semana y se queda a prácticamente la mitad de su volumen máximo.
La situación de estas infraestructuras contrasta con otras como la de Mediano que, aunque ha elevado en un 25% sus reservas respecto al 16 de diciembre, se encuentra al 55,3% de su tope, de 434,5 hectómetros cúbicos.
LA DERECHA, TAMBIÉN Con estos / datos, la cuenca del Ebro se sitúa por encima de la reserva del año pasado, del promedio de los últimos 5 años y del mínimo en este periodo, que se alcanzó en el 2017 con 3.548 hectómetros cúbicos, el 46% de la capacidad total.
En lo relativo a la margen derecha, la CHE especificó unas cifras que también mejoran las del 2018, las del último lustro y, evidentemente, las del valor mínimo. Actualmente, este sector está al 58% de su volumen máximo, 3
La margen
derecha también mejora los datos del 2018 y el promedio de los últimos 5 años Técnicos de la CHE trabajan en conocer el estado actual de los cauces de la cuenca
puntos por encima de lo arrojado en el 2018 y 14 del quinquenio de referencia. La diferencia más grande se encuentra al comparar con el valor mínimo que se registró en el 2017, con 165 hectómetros cúbicos, el 26% de la capacidad.
En lo relativo al estado del río después de estas precipitaciones, ayer llegó a la capital aragonesa un nuevo repunte del Ebro, de en torno a 1.300 hectómetros cúbicos. Tras las últimas lluvias, fuentes de la CHE indicaron que técnicos de la Guardería Fluvial y de la propia Confederación se desempeñan estos días en un trabajo de campo desde Alfaro hasta Pina de Ebro para conocer el estado de los cauces del río.
Aunque deberán esperar a que bajen los caudales para recopilar los datos correctamente, ya han podido constatar algunas «afecciones menores» como erosiones en algunas motas. No obstante, esta labor continuará durante los próximos días en esta zona de la cuenca del Ebro.
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