Las últimas lluvias benefician de forma general al campo aragonés
Las precipitaciones permiten afrontan «sin problemas» el nuevo año agrícola Los cultivos más favorecidos por el agua son los cereales de invierno
Aunque el refrán dice que nunca llueve a gusto de todos, las copiosas precipitaciones registradas en las últimas semanas en Aragón parece que esta vez sí lo han hecho, entre otras razones porque han sido intensas pero no violentas. Los agricultores están encantados con el abundante agua caída del cielo, que ha beneficiado de forma generalizada en el campo de la comunidad, pero muy especialmente a cultivos como el cereal de invierno. Y eso, a pesar de los contratiempos generados en algunos casos. Lo importante es que las persistentes lluvias han permitido dejar atrás la situación de sequía que se venía arrastrando desde finales del 2018. Los embalses de la cuenca del Ebro se han llenado, lo que asegura que el nuevo año agrícola pueda desarrollarse con normalidad y sin problemas de riego.
«Las lluvias han sido una bendición. Han venido muy buenas porque han caído de forma suave y no torrencial», afirmó Toño Romé, secretario provincial de UAGA en Zaragoza. Uno de los cultivos más favorecidos son los cereales de invierno (trigo, cebada, triticale, avena), que se encuentran en estos momentos en una situación «idónea». La abundancia de agua sumada a las temperaturas suaves que se vienen registrando este mes están haciendo que el cultuvo nazca «con mucho vigor».
No obstante, las zonas de producción más tardías —las situadas en áreas montañosas— se han visto algo perjudicadas porque han tenido que alargar la siembra al no poder entrar a los campos por los barrizales y charcos formados. Esto obligará a algunos agricultores a cambiar de cultivo, pero «es un mal menor», ya que «lo importante es que llueva, que falta hacía», apuntó Romé. «La sequía que arrastrábamos desde hace un año se ha paliado. Los embalses van llegar a máximos de su capacidad y esto nos permite afrontar con optimismo la campaña agrícola», agregó.
VENDAVAL EN EL OLIVAR «El agua / siempre va bien, sobre todo en los secanos», reiteró David Andreu, secretario provincial de UAGA en Teruel, quien lamentó, sin embargo, las afecciones sufridas en el olivar del Bajo Aragón y el Matarraña como consecuencia del vendaval ocurrido el pasado fin de semana, sobre todo, la noche del sábado al domingo. «El viendo ha tirado mucha oliva al suelo», indicó. Aunque el fruto se puede seguir recogiendo, los costes de recolección serán mayores y este ya no puede ser utilizado para elaborar aceite virgen extra, pero se tiene que refinar. «Esto hace que el precio de esa aceituna sea más bajo», explicó.
El campo aragonés cierra el 2019 con un balance negativo. Aunque la producción final agraria (los ingresos) ha vuelto a subir un 2,4%, hasta los 4.000 millones, este incremento no refleja la realidad del sector agrícola y ganadero, muy golpeado por los bajos precios, la subida de los costes de producción y la sequía. Así, el aumento de la producción agraria se debe en exclusiva al auge y la prosperidad del porcino.