La voz es el espejo del alma
Sí, habéis leído bien. He escrito «la voz» y no «la cara», como supuestamente debería ser, como siempre se ha dicho. Sinceramente creo que la voz es el atributo que mejor se identifica con el alma, sin duda mucho más que la cara.
La cara puede tener mil y una expresiones, dependiendo de los estados de ánimo, de las emociones, de las circunstancias o de las situaciones, pero la voz, con mayor o menor intensidad, siempre es la misma.
Por la voz reconocemos a las personas, no hace falta mirarlas a la cara para saber a quién corresponde.
Podemos entrar a ciegas en un espacio lleno de gente y distinguiremos por la voz a una persona entre miles. Hay todo tipo de voces, desde las más agudas a las más graves, y, aunque no se correspondan muchas veces con el físico, siempre se identificarán con las personas a las que pertenecen.
Si hacéis un simple ejercicio de memoria, cerrando los ojos y tratando de recordar algunas voces, veréis cómo resulta bastante fácil asociarlas, aunque, paradójicamente, quizás sea la propia voz la que nos parezca menos familiar.
Enrique Stuyck Romá
Madrid