El calendario de la DGA renueva las críticas a la tergiversación histórica
Lambán ataca al nacionalismo en el texto, enviado a Torra
El Gobierno de Aragón ha editado un nuevo calendario navideño que, como el año pasado, se centra en la verdadera historia de la Corona de Aragón. Como tal, algunos de sus 3.000 ejemplares serán repartidos entre los parlamentarios de los antiguos territorios de la Corona, lo que se traduce en que el presidente de la Generalitat catalana, Quim Torra, recibirá su facsímil.
En él podrá leer el prólogo redactado por el presidente de la DGA, Javier Lambán, quien en su línea habitual se despacha a gusto contra el nacionalismo de la comunidad vecina, del que llega a asegurar que, «contra lo que proclama, ha adquirido ya matices agresivos» y que «discrimina a millones de ciudadanos».
En esta introducción, Lambán habla del «ruido estrepitoso» de quienes, «siendo neta minoría», quieren «quebrar» los principios básicos de la Constitución, como «la unidad de la Nación y la igualdad entre los españoles».
Ataca asimismo las argumentaciones nacionalistas, «a menudo vestidas de un historicismo que, para resultar eficaz, requiere tergiversar el pasado». Considera que «es un deber denunciar esas deformaciones y difundir versiones más veraces de la historia», para lo que se edita este calendario, que también llegará a ayuntamientos aragoneses y a territorios como Palermo, en Italia.
El presidente aragonés anima a proclamar en el nuevo año «nuestra condición de aragoneses, hermosa, fraternal e inclusiva manera de ser españoles», y brinda por un Aragón «social, verde y digital». A lo largo de los 12 meses, el almanaque repasa la historia de la Corona, su archivo, la Casa de Aragón, la figura de los Reyes Católicos o el Compromiso de Caspe.
El anuncio de la publicación / del calendario coincidió además con la publicación de un nocturno tuit de Lambán, en el que recogía unas frases del último libro de Jesús Morales Arrizabalaga, refiriéndose a la «nación de naciones», tan difícil de explicar como «la Santísima Trinidad», sin que haya aparecido «un teórico o teólogo que la formule de forma depurada».
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