El Periódico Aragón

Adiós, amigo

José Carlos Utrilla Zaragoza

-

Se llamaba Manuel, nació en Belchite, y allí reposan sus restos. Les conocimos, a él y a su esposa, hace treinta y cinco años en un curso de Escuela de Padres. ¿Acaso es necesario hacer un curso para ejercer bien el papel de padres? ¡Cuántos cursos deberíamos hacer antes de llevar a cabo ciertas actividade­s! Así somos los seres humanos, aprendemos una vez que ya estamos en el cargo.

Como tantos otros, vino del pueblo a la ciudad en los años 60, cambió la agricultur­a por la industria, aunque nunca dejó de cuidar su huerto de olivos. Cada vez que nos veíamos me entregaba una bolsa de aceitunas negras, incluso si se le olvidaba volvíamos a su casa para dármelas. Dice la Biblia que «siete veces al día cae el justo». Demasiadas veces me parecen para él.

Aquel curso cambió su vida. Siguió

con su pequeño huerto en el campo y con su trabajo en la ciudad, pero a partir de entonces comenzó a cultivar también amistad, entrega, generosida­d y, lo más importante, profundizó en los sentimient­os. Era un ser bondadoso, como si eso fuera lo más natural, cuando en realidad todos sabemos que hasta el mínimo logro requiere de un gran esfuerzo.

Hace unos meses su familia me comunicó que había ingresado en la UCI. Quedó en coma, y aunque en cierto modo lograron reanimarle, no pudo ser. La tercera vez que le vi llegó a reconocerm­e y, aunque movía los labios, su voz no llegaba a mis oídos, pero conseguí que me apretara la mano. Fue suficiente. Al día siguiente le trasladaro­n a planta y yo marché de vacaciones. A la vuelta, la fatal noticia, acababa de fallecer esa misma tarde. Solamente hacía un año que habían celebrado sus bodas de oro y tuve la suerte de ser invitado. Sembró su semilla en buena tierra, y de eso pueden dar fe su esposa, Asun, sus hijos, Manolo y Eva, su nieto, Raúl, y todos aquellos que tuvimos la suerte de conocerle. Fue un buen tipo, anteponía lo espiritual a lo material.

En las lápidas de muchos difuntos suele escribirse D.E.P (Descanse en paz). En el fondo, no dejar de ser un deseo. En su caso no es necesario, puede escribirse en presente, porque «descansa» en paz con toda seguridad. Adiós, Manolo. Hasta siempre, amigo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain