Inocentes sin fronteras

Gascón*

Una de las primeras fake news de la historia tal vez sea el supuesto genocidio de Es improbable que tal hecho sucediera. Se trata de un burdo plagio tomado del Antiguo Testamento y sabemos que ya en esa época vivían historiadores muy interesados en desprestigiar al monarca que ni siquiera citan el acontecimiento. Da igual, los Santos Inocentes es una de las múltiples fiestas dentro de este periodo sureal que comienza con un sorteo de millones y finaliza con una cabalgata de regalos. Días para sucumbir a la ilusión, a la gula y a la sobreactuación, a veces, hasta alcanzar deseos irrefrenables de aniquilar al prójimo.

PERO LAS inocentadas me encantan, quizá por su componente de encandilamiento y de convertirnos en niños por un instante. También tienen algo de ajuste de cuentas. Cuando te expulsan de la infancia, te derrocan a los Reyes Magos y te asesinan las fantasías, te sientes como un imbécil. Yo disfrutaba cada vez que los adultos caían en mis bromas, a veces crueles, y evidenciaban que también vivían en la inopia. Reír es una sana costumbre y mucho más el no tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos. Lo bueno de las inocentadas es que desaparecen sin dejar mancha.

Pero otras tomaduras de pelo, basadas igualmente en nuestra capacidad de ilusionarnos, tienen consecuencias dañinas y duraderas. Pueden dar lugar a gobernantes que se obcecan en vivir, más que en un mundo de fantasía, en un bucle de pesadilla. Que cada cual ponga el ejemplo que le venga a la mente. NUNCA TUVIMOS tan fácil acceso a la información y estuvimos tan desinformados. Los bulos pseudo-periodísticos difundidos por las redes y por algunos medios pretenden, precisamente, desorientarnos para beneficiar a alguien. A riesgo de resultar más simplista que una fake new, creo que se basan en la necesidad que tenemos de dar un poco de sentido a este mundo. Por eso, los más creíbles son los que señalan a los supuestos responsables de nuestros males, tanto mejor cuanto más diferentes sean de nosotros. Quien cruza el mar está convencido de que encontrara la felicidad al bajar de la patera. Nunca acometería ese peligro si supiera que, nada más arribar a la playa, le iban a convertir en responsable del desempleo y de la pobreza.

Hay inocentadas divertidas y otras que no tienen ninguna gracia.

Feliz día y feliz año bueno.

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