¿Un matrimonio de conveniencia?
La posibilidad del olvido y el perdón de las ofensas, a la vista de la trayectoria de estos dos especímenes políticos, Sánchez e Iglesias, se antoja más bien lejana.
Podríamos estar ante un matrimonio de conveniencia, en el que incluso los padrinos, separatistas y proetarras, van a lo suyo, y ya se sabe que en política las conveniencias de unos y de otros duran más bien poco y cambian con inusitada facilidad en la dirección de los vientos que soplan.
Si los cónyuges no son muy de fiar y sus intereses y principios más bien ligeros de cascos, qué decir de los comadrones que gritan «viva los novios» y hasta tiran arroz. Ni el PNV, siempre emboscado, ni la Esquerra enrejada, ni el infantilismo regional de Revilla, ni el utilitarismo canario, ni el vergonzoso pasado de Bildu, son muy de fiar para la cosa de las componendas matrimoniales. Lo que pasa es que si en el matrimonio socialcomunista hay cuernos, parece que los cuernos se los van a poner a los españoles.