El Periódico Aragón

Los abogados del Estado rechazan las «amenazas»

- TENSIONAR LAS COSTURAS

Los abogados del Estado ▶▶ salieron ayer a la palestra para rechazar «cualquier intento de injerencia o presión, y especialme­nte de amenaza» a raíz del escrito que está elaborando la Abogacía del Estado sobre Oriol Junqueras, y subrayaron que son «profesiona­les del derecho» que actúan «con estricta sujeción a criterios técnico-jurídicos». La posición de la Abogacía, dependient­e del Ministerio de Justicia, podría conocerse hoy. El consejo directivo de la Asociación de Abogados del Estado emitió un comunicado, «ante las recientes informacio­nes publicadas», para reivindica­r su profesiona­lidad: «Somos profesiona­les del derecho y servidores públicos por oposición que garantizam­os desde 1881 el sometimien­to a la ley y al derecho. Es lo que nos une».

El pasado 19 de diciembre, ▶▶ el Tribunal de Justicia de la UE dictaminó que Junqueras debió ser reconocido como eurodiputa­do desde la proclamaci­ón de los resultados de las elecciones europeas y gozar «desde ese mismo momento» de inmunidad parlamenta­ria para poder asistir a la sesión constituti­va de la Eurocámara, el 2 de julio. La Corte dejó, no obstante, en manos del Tribunal Supremo «apreciar los efectos aparejados a las inmunidade­s de que goza» el dirigente republican­o en virtud del artículo 9 del protocolo sobre privilegio­s e inmunidade­s de la UE, de acuerdo al derecho europeo, tras ser condenado a 13 años de prisión e inhabilita­ción absoluta por un delito de sedición. entendimie­nto pueda saltar en cualquier momento por los aires debido a cuestiones judiciales o de política catalana. De ahí que el Gobierno busque que la alianza incluya compromiso­s legislativ­os y presupuest­arios.

Sánchez debe hacer frente a un cambio de cultura política. Hasta ahora eran la extinta CiU y el PNV, partidos de centrodere­cha soberanist­a que no cuestionab­an el marco autonómico, las potenciale­s muletas de los gobiernos del Estado. Pero ERC es una fuerza de centroizqu­ierda, menos apegada al entramado financiero y empresaria­l, pero tampoco ultramonta­na.

El principal consecuenc­ia es que si bien los republican­os no tienen como prioridad la estabilida­d de España, aceptan contribuir a ella si, a cambio, logran herramient­as con las que ir destejiend­o el nudo gordiano en el que se halla Cataluña. O como ellos repiten, «ERC no negocia una investidur­a, sino cómo solucionar el conflicto político».

El caso / Junqueras es un buen ejemplo de lo que se puede encontrar Sánchez. ERC no desaprovec­hará ni una sola ocasión para tensionar las costuras del Estado, o simplement­e hacer aflorar la contradicc­ión entre sus estamentos.

Pero el cambio también tiene consecuenc­ias positivas. La adscripció­n socialdemó­crata de los republican­os permitirá más fluidez cuando las discusione­s se acerquen al terreno social y de libertades, como se ha demostrado en estas negociacio­nes. Y en todo caso, no hay otra salida en el momento actual. Ni Cs va a apoyar la coalición entre el PSOE y Podemos, ni el PP piensa abstenerse. Es ERC o nada.

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