Las esperanzas para el 2020
El Zaragoza se agarra a sus piezas clave, a la mejoría en casa y al mercado para culminar este año el ansiado sueño del ascenso
Un anhelo común, un camino por recorrer y unos soldados de las esperanzas de todos los zaragocistas. El deseo es volver a Primera y nunca, en este ya demasiado largo periplo por el infierno de plata, había conseguido el Real Zaragoza tantos puntos (33) en la primera vuelta. No le ha dado para instalarse en ascenso directo, pero sí que se encuentra en una posición adecuada para escalar hacia el cielo en junio, para volver a Primera.
El equipo blanquillo necesita apoyarse en sus pilares fundamentales para terminar de construir su asalto al ascenso y, además, consolidar algunas piezas y pulir detalles para estar en disposición de acabar la temporada en lo más alto.
1 Víctor, garantía de sentimiento
Fue el entrenador de la Recopa, de la época quizá más grande de la historia blanquilla y el que salvó al Zaragoza de la Segunda B. Ha vivido de todo en sus tres etapas, pero su sentimiento permanece inquebrantable. Esa pasión por el escudo es una garantía de comunión con la grada y es un pegamento con la hinchada.
Además, al entrenador aragonés tiene una fe ciega en que, a pesar de las limitaciones económicas del Zaragoza, el equipo este año puede ascender. El juego desplegado por el conjunto blanquillo posee una identidad muy reconocible, con mucho gusto por el balón, por las combinaciones a ras de césped, por la energía, la garra y el espíritu competitivo, características que también enganchan a una grada entregada. La afición cree en él y él en su trabajo.
2 Los goles de Luis Suárez y su corazón
Víctor Fernández conecta con la grada, pero Luis Suárez no se queda atrás. En Segunda es diferencial contar con un delantero goleador, una máquina anotadora y un futbolista fiable de cara a portería. Le avalan sus 13 goles y, además, fallando penaltis, por lo que la cifra podría ser mayor.
El colombiano es puro corazón. En su diccionario no existe la palabra rendición y busca siempre con insistencia la meta contraria, el robo al contrario y lo mejor para el equipo. Tiene esa capacidad de insuflar energía al resto de sus compañeros cuando las fuerzas pueden flaquear y traslada al terreno de juego su forma de pensar sobre la vida. El esfuerzo no se negocia y trabajará como el que más para guiar al Real Zaragoza. Ha encontrado en Puado un socio de lujo y pueden incorporarse más amigos de aquí hasta el final de la temporada. Si mantiene sus registros goleadores se estará más cerca del paraíso.
3 Cristian Álvarez, un seguro bajo palos
Regresa Cristian Álvarez tras la lesión que se produjo en el choque frente a Las Palmas y lo hace con el nuevo año. Encontró el equipo aragonés a su santo bajo palos y es uno de los pocos guardametas de la categoría que marca diferencias. Es capaz de sostener al equipo con paradas milagrosas y no baja su nivel con el paso de los años.
Transmite seguridad y tranquilidad, está muy unido a la afición y en Zaragoza es feliz. Es fundamental que mantenga su nivel, que continúe siendo un portero distintivo. Los partidos se deciden muchas veces por pequeños detalles y la diferencia entre tener a un meta de garantías o no puede propiciar una victoria o una derrota. Durante su etapa como blanquillo ha mostrado una seguridad y una capacidad para detener balones muchas veces impropia de la categoría y se le necesita a su mejor nivel para sumar de tres en tres puntos.
4 Recuperación de jugadores clave
En este punto entran dos categorías. Por un lado, los lesionados y, por otro, que hay futbolistas lejos de su mejor nivel futbolístico. Un año más el Zaragoza ha tenido que sobreponerse a demasiados contratiempos. Zapater sigue sin poder debutar esta campaña, Dwamena tuvo que dejar la práctica del fútbol de forma inmediata y en el último tramo del 2019 tres futbolistas titulares e imprescindibles hasta el momento como Cristian Álvarez, Atienza y Vigaray cayeron lesionados. Que el núcleo de futbolistas diferenciales se mantenga sano y con un pico de forma adecuado será clave en los próximos meses.
Por otra parte, hay jugadores lejos de ese punto álgido de forma. James Igbekeme no termina de arrancar después de maravillar la pasada campaña y Kagawa está muy lejos de todo lo que puede ofrecer. El nipón necesita dar un paso al frente.
5 El ejemplo de Guti y de los canteranos
Guti está a un nivel excepcional. Es un todoterreno polivalente, decisivo en ataque y en defensa,
en tareas asistentes y de combinación, pero también en labores de recuperación y transición, todo un filón para la velocidad de hombres como Puado, Soro o Luis Suárez.
Él es ahora mismo el mejor ejemplo de que la cantera funciona, pero la mayoría de los jóvenes valores surgidos de la Ciudad Deportiva están teniendo una notable cuota de protagonismo. Soro, Clemente y Nieto están asentados en el once inicial, mientras que otros como Delmás, Lasure y Linares aportan desde su rol de teóricos suplentes. Ese amor por los colores es un plus, una garantía de que no van a bajar los brazos por su identificación con el escudo del león.
6 La Romareda debe volver a ser un fortín
Es indispensable que haya una mejoría en La Romareda, ya que en el estadio zaragocista han volado ya demasiados puntos. Hay ocho equipos que han puntuado más en casa que el Zaragoza y se han logrado 18 puntos de 33 posibles repartidos en cinco victorias, tres empates y tres derrotas. Son números muy mejorables.
A pesar de ello, salvo en algunas excepciones como el duelo ante el Mirandés, no se muestra inferior a su rival y ha perdido partidos, como el del Albacete, en los que mereció mucho más. Una de las grandes asignaturas pendientes que tiene el Real Zaragoza para esta segunda vuelta es transformar ese juego alegre, vertical, combinativo e intenso en tres puntos, en victorias. La fortaleza en casa fue uno de los grandes factores que permitió al Zaragoza alcanzar el playoff en el 2018 y ese es el camino a seguir, el de lograr ganar en casa e ir sumando lejos de ella.
7 El aporte de los refuerzos invernales
Le falta un salto de calidad a este Real Zaragoza y se abre la ventana de fichajes de invierno para reforzar al equipo, para mejorar líneas y posiciones clave. El resto de equipos punteros, así como los de abajo, se van a mover en el mercado para apuntalar sus plantillas y el nivel de exigencia va a subir, por lo que el equipo blanquillo no puede quedarse atrás.
Uno de los mejores ejemplos es el del Mallorca del curso pasado, que se mantuvo en la pomada por el ascenso y en enero reforzó su plantilla con jugadores que mejoraron el nivel general y, el resultado, fue el ascenso a Primera División. De todos modos, antes de traer a un delantero, medio o defensa, el club deberá aligerar masa salarial con las salidas. ☰