La ilusión de un juguete
Exjugadores del Real Zaragoza y personalidades del deporte aragonés participaron en un partido en Santa Isabel que recogió más de 500 regalos
En la mañana de ayer se disputó en el campo César Láinez de Santa Isabel el partido solidario Un juguete, una sonrisa. El principal objetivo de esta iniciativa era recoger juguetes para los niños que durante estas fechas no podrán disfrutar de los mismos regalos que otros pequeños. El impulsor de esta iniciativa fue Javier Naya. El entrenador del fútbol base aragonés eligió estas fechas tan señaladas para llevar a cabo este proyecto solidario. Para ello, contó desde el primer momento con varios exjugadores del Real Zaragoza y del Santa Isabel, además de otros personajes conocidos del deporte aragonés que se volcaron para ayudar en esta causa. «Estoy muy contento, siempre es bueno ayudar en estos partidos benéficos, más que nada por la causa ya que el resultado queda en un segundo plano», aseguró el exlateral del Real Zaragoza Carlos Diogo que volvió a ver a muchos excompañeros, «Siempre te trae recuerdos con gente que has compartido vestuario y recuerdas buenos momentos», aseguró el uruguayo después del partido.
En estas ocasiones, el resultado es lo de menos pero es importante destacarlo. Los voluntarios consiguieron recoger la friolera de más de 500 juguetes. Todo gracias a la solidaridad de los vecinos del barrio de Santa Isabel que disfrutaron de un gran partido de fútbol con jugadas sensacionales de Alastuey, Vicente Pascual y el entrenador Iván Martínez. «Estamos aquí para disfrutar, para que la gente disfrute con nosotros y recode ger el mayor número de juguetes posibles. Les he dicho que si nos juntásemos hace diez años estaríamos hablando de un magnífico equipo», aseguró el entrenador del juvenil del Zaragoza, que ya prepara el enfrentamiento europeo. «Queda un mes para la cita, con toda la ilusión del mundo que la gente responda e intentar pasar la eliminatoria que va a ser muy complicado», avisó.
Fue una mañana de reencuentros, familias, abrazos, sonrisas, goles, juguetes, deporte, mucho frío y fraternidad de un barrio que respira solidaridad por los cuatro costados. ☰