El Barça de Mirotic ahoga al Real Madrid en el Palau
Ambos empatan en el liderato con el Casademont
BARÇA
REAL MADRID 83 63
Hanga (10), Higgins (7), Claver, Mirotic (20), Davies (5) –cinco inicial–, Tomic (8), Abrines (2), Delaney (14), Oriola (7) y Kuric (10).
Real Madrid: Campazzo (4), Deck (2), Taylor (4), Randolph (7), Tavares (8) –cinco inicial–, Rudy Fernández (3), Laprovittola (4), Thompkins (13), Causeur (4), Garuba (5) y Carroll (9). 22-5, 17-22, 23-18, 21-18. Daniel Herrezuelo, Juan de Dios Oyón y Rafael Serrano.
Garuba, del Madrid. Partido disputado en el Palau Blaugrana ante 7.387 espectadores. 0 hizo que el cuarto se cerrara con un contundente 22-5.
El Barça era un coloso atrás, sobre todo gracias a un Claver inmenso en las ayudas y el rebote defensivo, y se desenvolvía con acierto en ataque, todo lo contrario que su rival. La sangría fue a más al inicio del segundo cuarto. Aparecieron Oriola y Tomic desde el banquillo, y también los triples de Hanga y Kuric, y el Barça se disparó en el electrónico hasta el +21 (35-14, minuto 15).
Los locales se atascaron entonces y el Madrid, que poco a poco había ido ajustando la defensa, empezó a carburar. Dos faltas en ataque a Delaney y una técnica a Pesic acabaron por descentrar a los catalanes. Y los triples de Rudy Fernández y Thompinks y una canasta de Deck acortaron distancias al descanso (39-27). La mejoría en el juego visitante tuvo continuidad tras la reanudación. Liderados por la intensidad de Campazzo, endosaron al Barça un parcial de 4-11 para meterse de nuevo en el partido (43-36, min.23).
El Barça apretó entonces los dientes en defensa y aparecieron Mirotic y Tomic para rescatar a su equipo (50-36, min.25). Campazzo, Thompkins y Laprovitolla intentaron mantener vivos a los suyos, pero los locales ya habían recuperado la fluidez en su juego. No se rindió el equipo de Laso, que arrancó el último período con un parcial inicial de 0-6 para bajar de los diez de diferencia (62-51, min.32). Pero el Madrid seguía con su falta de acierto en los triples, todo lo contrario que el Barça. Mirotic olió la sangre y quiso ser él quien rematara a su exequipo anotando seis puntos consecutivos y saliera ovacionado.
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