Los Reyes Magos y el belén
La cabalgata más antigua conocida en España es la de Alcoy (Alicante). Según el Diario de Barcelona tuvo lugar por primera vez este desfile de pastores, grupos de danza, música y pajes precediendo a los Reyes de Oriente, también llamados magos porque mágicamente traen regalos. Como ya es tradicional en Zaragoza, el 5 de enero tiene lugar esta manifestación de alegría, luz y sonido con bonitas carrozas y personajes infantiles. «Será una cabalgata de los sueños de los niños y tiene que trasladarles al mundo de los cuentos de esa noche mágica», según anunció la vicealcaldesa y edila de Cultura, Sara Fernández.
La cabalgata contará con compañías locales de teatro, circo, animación, música y danza que convertirán el espectáculo en un viaje en el tiempo. No queremos que esa bonita y luminosa cabalgata al final se desluzca con un borrón inaceptable para los católicos como ocurrió en años anteriores. Los Reyes Magos no visitaron el magnífico belén de la plaza del Pilar, ni presentaron sus ofrendas a ese niño Dios que nació para creyentes y no creyentes. Fueron miles los zaragozanos, niños y mayores, los que se sintieron defraudados siendo el niño Jesús el personaje principal del desfile. Él, a cambio del ofrecimiento que se debe hacer, regala a toda la tierra amor, esperanza, paz y alegría. Supongo que sus majestades serán recibidos en la Plaza del Pilar por el actual alcalde de la ciudad y que los magos, antes de saludar desde el balcón del ayuntamiento a los zaragozanos, visitarán el belén y su portal para donar sus presentes.
Este sencillo acto se omitió en años anteriores. Después sus majestades en esa noche mágica, continuarán su camino hacia las casas de los zaragozanos para dejarles los regalos que solicitaron en sus cartas. «Acercar la cultura es deber de los poderes públicos, pero no ocultando el origen de la historia y las tradiciones».