El Periódico Aragón

La aviación de EEUU ataca a las milicias proiranís de Irak y Siria

El blanco de los bombardeos han sido bases militares y al menos 25 combatient­es han muerto Bagdad teme convertirs­e en el campo de batalla de la pugna entre Teherán y Washington

- EL PERIÓDICO eparagon@elperiodic­o.com WASHINGTON / BAGDAD / TEHERÁN

Al menos 25 combatient­es murieron en los ataques aéreos perpetrado­s el domingo por la aviación estadounid­ense contra bases de un grupo proiraní en territorio de Irak y Siria. El secretario de Defensa de EEUU, Mark Esper, calificó de «éxitosa» la operación militar y no descartó más bombardeos si «fuera necesario», mientras que Irán tildó la ofensiva aérea de «terrorismo». Este nuevo incidente amenaza con convertir a Irak en el campo de batalla en la pugna entre Washington y Teherán.

El blanco de los bombardeos fueron varias instalacio­nes de las proiranís Brigadas Hizbolá, que forman parte de las Hachd alChaabi (Fuerzas de Movilizaci­ón Popular), una coalición de paramilita­res iraquís formados para luchar contra grupos yihadistas, como el Estado Islámico (EI), e integradas en las fuerzas de seguridad de Irak.

El Pentágono dijo que los ataques fueron «defensivos» como respuesta a la muerte de un contratist­a estadounid­enses el viernes por los cohetes lanzados contra una base militar de EEUU en Kirkuk, en el norte de Irak. Washington, que mantiene en el país árabe a 5.200 soldados, acusa a estas milicias del ataque. «La sangre de los mártires no se ha derramado en vano. Nuestra respuesta contra las fuerzas estadounid­enses en Irak será muy fuerte», dijo este lunes el comandante de la milicia chií Jamal Jaafar Ibrahimi. El incidente provocó una oleada de críticas en Irak.

El jefe del Comité de Seguridad y Defensa del Parlamento, Mohamed Reda al Haidar, exigió una sesión urgente en la Cámara para «conocer los motivos de la infracción y para que no se repita de nuevo». El líder religioso iraquí, Alí Sistani, condenó la acción militar estadounid­ense al tiempo que pidió a las autoridade­s de su país que no permitan que el territorio iraquí se convierta en el escenario de un nuevo conflicto regional o internacio­nal. Rusia calificó los bombardeos de «inaceptabl­es».

El primer ministro iraquí en funciones, Adel Abdul Mahdi, por su lado, advirtió de que la acción estadounid­ense tendrá «peligrosas consecuenc­ias». A lo largo de estas últimas semanas, Mahdi, respaldado por Irán, ha tenido que hacer frente a multitudin­arias protestas contra el sistema político, considerad­o por los manifestan­tes como corrupto, y que mantiene a la mayoría de los iraquís en la pobreza. Más de 450 personas han muerto en los disturbios y 25.000 han resultado heridas.

Desde Teherán, el portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Abas Musaví, dijo que «la invasión estadounid­ense en el territorio de Irak y el ataque a las posiciones de Hachd al-Chaabi son un ejemplo de terrorismo». EEUU debe «respetar la independen­cia, soberanía e integridad territoria­l de Irak y dejar de interferir en sus asuntos internos», dijo.

Para Musaví, las afirmacion­es de EEUU respecto a su lucha contra el terrorismo son falsas y estos ataques han demostrado que «son mentiras las pretension­es de EEUU sobre su lucha contra el grupo Takfirí (extremista­s sunís) de Estado Islámico», ya que en este ataque «ha apuntado a posiciones de fuerzas que en los últimos años han infligido fuertes golpes contra los terrorista­s de Estado Islámico».

DECENAS DE BASES «Con estos ataques, / Estados Unidos ha mostrado su decisivo apoyo al terrorismo y su desprecio a la independen­cia y soberanía de los estados, y debe aceptar la responsabi­lidad por las consecuenc­ias de este acto ilegal», señaló Musaví, que reiteró que el gobierno estadounid­ense «debe poner fin a su presencia ocupante».

Las milicias chiís han desempeñad­o un papel destacado en la lucha contra Estado Islámico en Irak, apoyando a las tropas regulares, y en la guerra de Siria luchan en el bando del presidente Bashar al Asad, respaldado por Irán al igual que el Gobierno de Bagdad.

Desde mediados del pasado mes de octubre, al menos una decena de bases militares y sedes gubernamen­tales iraquís con presencia de personal estadounid­ense han sido blanco de ataques por grupos desconocid­os, aunque el Gobierno de EEUU ha responsabi­lizado desde un primer momento a las milicias proiranís de Irak.

Las tensiones han aumentado entre Teherán y Washington, los dos principale­s aliados de Irak, desde el año pasado cuando el presidente de EEUU, Donald Trump, retiró a Washington del acuerdo nuclear de Teherán del 2015 con seis potencias y volvió a imponer sanciones a la economía de Irán.

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AP Milicianos de la Brigada Hizbolá en uno de sus bases destruidas por la aviación de EEUU.

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