Será el primer ‘lugar de memoria’ oficial de Aragón
El barranco de Calatayud fue el escenario de más de 400 fusilamientos La DGA se encargará de su mantenimiento y de su difusión social
El barranco de La Bartolina, en Catalayud, es el primer lugar de memoria democrática de Aragón según lo establece la ley sobre la materia que se aprobó hace un año. El Departamento de Educación, Cultura y Deporte ha impulsado esta declaración para que se integre dentro del patrimonio cultural de la comunidad y pueda difundirse lo que sucedió allí durante la guerra civil y el franquismo.
El barranco, que fue usado como vertedero en 1999 imposibilitando la exhumación de los que allí perdieron la vida, fue un lugar de fusilamiento masivo en la comarca de Calatayud durante la contienda. Según los testimonios orales recogidos por los historiadores, en ese lugar pudieron ser asesinadas hasta 400 personas. Entre ellas fueron ejecutados los hermanos Lapeña, cuyos cuerpos podrían ser sacados del Valle de los Caídos en los próximos meses.
«Es importante que la gente conozca lo que pasó, además, si se dignifica existirá un lugar de homenaje o al que poder acudir a depositar flores», señaló el presidente de la Asociación por la
Recuperación e Investigación contra el Olvido (Arico), Miguel Ángel Capapé. La solicitud de protección partió de su organización el pasado mes de marzo.
ESPACIO DE CONTEMPLACIÓN «Se / identificará con motivos muy sencillos, pues es un lugar de tristeza», destacó la directora general de Patrimonio, Marisancho Menjón. En las próximas semanas se colocará una placa, un banco y un olivo, por ser el árbol que se identifica con la paz. La creación de este espacio «de contemplación», ubicado en una zona deshabitada y bastante desangelada entre las localidades de Calatayud y Terrer, servirá «para explicar a las futuras generaciones el horror vivido en aquel lugar y tratar de evitar el olvido».
El Gobierno de Aragón destaca que, como las fosas de Caudé, en el sur de Teruel, o el pozo de Ventafarinas, en los confines orientales de La Litera oscense, el barranco de la Bartolina se ha convertido «en un símbolo de la represión que acompañó a la guerra civil», algo que justifica su dignificación y conservación. La ley de memoria democrática contempla que estos lugares se incorporen a los currículos escolares.
☰