En la apasionada Estambul
Víctor Lapeña ha comenzado una nueva etapa en el histórico Fenerbahçe turco «He dado un paso adelante y estoy en uno de los mejores equipos de la Euroliga», confiesa el técnico zaragozano
Tras un año de estancia en el fin del mundo, a 5.400 kilómetros de su Zaragoza natal, Víctor Lapeña se ha acercado un poquito a su casa. De la rusa Oremburgo, el técnico aragonés trabaja ahora en la cálida Estambul, donde dirige a uno de los históricos del básquet del viejo continente, el Fenerbahçe. Es un escalón más en la progresión como entrenador del aragonés tras haber dirigido a equipos de la enpasado tidad del Perfumerías Avenida, el Mann Filter y siendo segundo de Lucas Mondelo en la selección femenina absoluta de España. «Fichar por el equipo turco ha sido dar un paso adelante tras pasar una temporada muy bonita en Oremburgo. Estoy en uno de los mejores equipos de la Euroliga, con una afición increíble y un conocimiento del baloncesto muy grande por el público. Espero disfrutarlo mucho tiempo», explica desde Estambul el zaragozano.
Lapeña se ha tenido que quedar trabajando en Turquía y ha las Navidades con su familia en Estambul. «Tuvimos jornada de Liga el 25 de diciembre y jugamos fuera. Por suerte ha podido venir mi familia y me han acompañado. En estas fechas estar solo hubiera sido muy duro», afirma el entrenador.
De momento la cosa no puede ir mejor para el Fenerbahçe. «Vamos líderes de la Liga en dura pugna con el Galatasaray. Hemos ganado todos los partidos y somos los líderes en nuestro grupo de la Euroliga». Lapeña compara los niveles de las competiciones que conoce. «Es un torneo con más nivel que los de Rusia y España porque los fichajes de extranjeras son de mayor nivel. Cada jornada es un partido complicado». Los objetivos son ambiciosos. «Luchamos por los tres títulos. Uno de ellos ya lo tenemos. Es la Copa Presidente y estamos metidos en la Copa turca a principios de marzo. La Liga se decidirá en mayo con un sistema no fácil. Hay cuartos de final a tres partidos, semifinales al mejor de cinco, al igual que la final». En cuanto a la Euroliga, afirma que «queremos jugar los cuartos de final que nos dé el acceso a la Final Four. Hace dos años que no la disputamos y nos encantaría recuperar el estatus».
El equipo otomano no cuenta con grandes estrellas. «Es un conjunto que ha bajado mucho su presupuesto. Se ha hecho un grupo muy compacto. Destacan en anotación Lagupova y Zandalasini y también Williams en tapones e intimidación, junto a Stokes y un grupo de jugadoras turcas de buen nivel. Hay dos españolas, Laura Nicholls y Anna Cruz», explica.
La adaptación de Lapeña a Estambul ha sido muy rápida. «Ha sido muy sencilla. Es un país parecido al nuestro, donde la gente es muy amable, con muy buena comida, buen tiempo y con sitios donde disfrutar. Estambul es precioso». Su día a día es muy sencillo. «Vivo cerca del pabellón. Voy a las ocho de la mañana y estoy hasta las ocho de la tarde trabajando y preparando los entrenamientos. Después vuelvo a casa, ceno, leo o veo alguna película», explica Lapeña.
Una de las cosas que más le ha impresionado es la afición. «Es de las mejores de Europa. Presionan mucho a los rivales, están todo el rato cantando y son gente muy caliente. Fenerbahçe tiene más de 20 millones de fans en todo Turquía y en cualquier sitio parece que jugamos en casa», indica. Pese a estar a 3.400 kilómetros de España, sigue la Liga Endesa. «Sigo al Filter y al Avenida, pero he visto a todos. Aquí tengo una hora más parecida a España y es más fácil que en Rusia, donde tenía cuatro horas más», concluye.
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«La afición es de las mejores de Europa. Tienen en toda Turquía 20 millones de fans»
de la NBA del diferido al directo y entonces empezaron todos los domingos en la CBS las mejores jugadas de los Celtics de Larry Bird y mi showtime con los Lakers», escribió Magic Johnson tras la noticia, una de las grandes estrellas del baloncesto que emergió bajo el paraguas de Stern, también Larry Bird, Iverson u O’Neal.
El crecimiento de la Liga desde entonces ha sido ininterrumpido. Stern se retiró en 2014 y dejó una competición con un superávit anual de más de 5.000 millones de dólares, con unas franquicias que tienen 50 veces el valor que tenían en los años 80, cuando perdían dinero. «La NBA no sería lo que es hoy sin David Stern, la convirtió en un fenómeno internaciona», dijo Michael Jordan. El excomisionado falleció como consecuencia de un ictus.
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