«La reducción de la velocidad en vías secundarias ha influido»
El responsable destaca la labor de concienciación
Uno de los factores que han contribuido al significativo descenso de la mortalidad en las carreteras aragonesas el pasado año ha sido «la reducción de la velocidad máxima en las carreteras secundarias de 100 a 90 por hora», en palabras de José Antonio Mérida, jefe provincial de Tráfico en Zaragoza y coordinador de Aragón, Navarra y el País Vasco.
«Hay que tener en cuenta que las vías de dos carriles acaparan el 73% de las víctimas mortales que se producen en la red viaria de toda España», explica Mérida, quien, sin embargo, hace una llamada a la prudencia a la hora de interpretar las cifras, pues todavía no se han publicado las referentes a las muertes en un plazo de 30 días y las que se producen en vías urbanas.
Él, personalmente, cree que también ha influido en las cifras, las más bajas desde el 2015 en la comunidad, las campañas de concienciación lanzadas por los responsables de Tráfico y que han tenido como objetivo colectivos como las personas mayores, los motoristas y otros grupos vulnerables.
A Mérida, no obstante, le preocupa el balance de siniestralidad. «Más de medio centenar de fallecidos representa a muchas personas y otras tantas familias golpeadas por la tragedia», reflexiona. «Y las cifras no dicen nada de los heridos graves, de usuarios que pierden la vista, se quedan tetrapléjicos o sufren amputaciones», añade.
CUATRO MESES SIN MUERTES Mérida destaca el hecho de que Huesca, con muchos menos habitantes que Zaragoza, ha registrado 24 muertes, dos más que la provincia de la capital regional. «Hay muchas colisiones y salidas de vía», explica.
En Zaragoza, su jurisdicción, apunta que resulta llamativo que no se produjera ninguna víctima mortal en cuatro meses salteados: febrero, mayo, junio y octubre.
Otro gran caballo de batalla, indica el responsable de Tráfico, va a ser corregir las distracciones al volante, la mayor causa directa de accidentes viarios. «Hay que conseguir que los conductores, como ya sucede con el consumo de alcohol, interioricen que al volante hay que olvidarse del teléfono móvil». Finalmente, un factor que ofrece muchas dificultades de intervención, dice Mérida, lo representan los conductores de otras comunidades y países que atraviesan Aragón por su condición de tierra de paso.
Las vías sin
desdoblar se cobraron siete vidas, solo en la provincia de Zaragoza
La técnica para la detección de
drogas no está tan perfeccionada como la usada con el alcohol
las muertes de heridos graves que se registran dentro de un plazo de un mes tras el accidente ni tampoco de las muertes que tienen como escenario las calles de los pueblos y ciudades de la comunidad.
Las víctimas son en su mayoría conductores y ocupantes de turismos, furgonetas y camiones, pero incluyen también cuatro motoristas, uno de los colectivos más vulnerables, un ciclista y cuatro peatones.
En Aragón llama la atención asimismo que en caminos y pistas asfaltadas se produjeron durante el año pasado cinco muertes, dos de ellas por caída a cursos de agua como el canal Imperial y el de Zaidín.
Al margen de las estadísticas oficiales quedan los accidentes mortales con maquinaria agrícola, sobre todo tractores, con un total de cinco fallecidos en el conjunto de Aragón.
Estos siniestros tienen consideración de accidentes laborales, al igual que las muertes de dos camioneros, uno al que le cayó encima la carga que transportaba en Castejón de Sos y otro que volcó con el vehículo de recogida de basura que conducía en Bronchales. En ocasiones, la distinción entre accidente laboral y viario es complicada, como cuando un tractor colisionó con un tráiler cerca de Cariñena en noviembre, con un muerto.
Otro factor concurrente, aunque a un nivel inferior que el alcohol, es el consumo de sustancias estupefacientes. José Antonio Mérida llama a analizar los datos con prudencia por la dificultad que entraña detectar el consumo de drogas, o la ausencia del mismo, en heridos graves que fallecen al cabo de un tiempo en el que han estado medicados con sustancias que pueden interferir en los análisis.