El Periódico Aragón

«Con Pennant tuve la mejor relación. Una vez sí fui a sus fiestas, un par de días pasamos en Madrid tras la pretempora­da»

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momentos no hizo bien las cosas o que estas no le salieron como pensaba. No tengo que decir mucho de él, vio que podía gastar ese dinero y era el que mandaba. Todo el mundo ha hecho cosas mal en su vida, pero ahí no entro.

—Logran la salvación en el Ciudad de Valencia. Un partido histórico que trajo después mucha cola. ¿Cómo lo vivió? —¿Y el juicio por el presunto amaño y todo lo de después?

—Eso fue un marrón terrible. Estoy contento porque todo se solucionó y se demostró que no hubo nada de lo que pensó casi todo el mundo. Cuando me llamó mi abogado para decirme la sentencia, que todo había salido bien, sentí que era lo justo, porque yo no vi nada, no hubo nada. Nadie quiere ir a un juzgado a declarar, y hacerlo varias veces, pero desde el primer día yo estaba muy tranquilo. El problema es la imagen saliendo en las noticias y todo eso, pero si hay que hacerlo...

—Ese verano del 2011 se marcha del Zaragoza. ¿Por qué?

—Me traspasaro­n al Villarreal y me fui cedido al Granada. El Zaragoza me pidió salir, porque había empezado el concurso de acreedores, necesitaba ese traspaso y la situación también me invitaba a irme. Y no fui el único, Gabi o Ander también se fueron. Tenía ganas de triunfar en el Zaragoza, pero a veces lo que uno quiere no sale y se decidió que la mejor solución era irme.

—Solo jugó 18 partidos en dos años. ¿Cómo valora esa etapa en el Zaragoza?

ron, tuve que hacer mucho entrenamie­nto específico, modificar la pisada, un poco de todo. No volví a a tener problemas en esa rodilla, aunque a veces sí se me hinchaba. Al final, estoy contento porque aquellas dos lesiones no me retiraron, volví al mejor nivel. Fue un freno para poder coger carrerilla.

—¿A qué compañero del Zaragoza recuerda con más cariño?

—Con el que tuve mejor relación fue con Pennant. Como nadie hablaba inglés en el equipo salvo Songo’o y yo casi siempre estábamos juntos los tres.

—¿Se unía a sus fiestas?

—No. Bueno, una vez sí fui. Recuerdo que estuvimos un par de días tras la pretempora­da en Madrid y salimos un poco. Era muy buen tipo y un muy buen jugador. Por condicione­s uno de los mejores que vi, lo veías entrenando e iba sobrado.

—Tiene 36 años, está sin equipo y aún no ha anunciado la retirada. ¿Por dónde pasa su futuro?

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