Reivindicando el vodevil
‘La última tourné’, protagonizada por Alaska, Bibiana Fernández y Mario Vaquerizo, aterriza el miércoles en el Principal
Un homenaje y una clara reivindicación del «infravalorado» género de variedades. Eso es La
última tourné, la nueva comedia musical protagonizada por Alaska, Bibiana Fernández, Mario Vaquerizo y Manuel Bandera y que esta semana aterriza en el Teatro Principal de Zaragoza (estará de miércoles a domingo). El espectáculo supone un punto y seguido a la fructífera relación entre el director de cine Félix Sabroso y la misma troupe de artistas, un equipo que ya cosechó un notable éxito de público con sus dos producciones anteriores: El amor
está en el aire y El amor sigue en el
aire. Tanto es así que Mario Vaquerizo, en declaraciones a este diario, asegura con rotundidad que ya se han convertido en «una compañía estable».
«Queremos seguir siendo los mismos y con el mismo director», añade Vaquerizo. El «amor» del madrileño y de su mujer (Alaska) por el género de variedades es de sobra conocido. «Siempre ha estado infravalorado y al final acabó por desaparecer. Addy Ventura, Norma Duval o Rosa Valenty eran auténticas estrellas y a finales de los 80 se vieron condenadas al ostracismo», lamenta Vaquerizo.
La última tourné cuenta la historia de una compañía de variedades que en su afán por sobrevivir trata de abordar obras que le son «totalmente ajenas» (intentan montar «un Lorca de la etapa experimental»). «El mensaje es que en la vida tienes que hacer lo que sientas. Aunque tengas que adaptarte a los cambios, tienes que seguir siendo tú mismo y no hacer de forma obligada lo que te dicte la sociedad en ese momento», explica Vaquerizo.
En ese camino hacia «el arte de verdad», van sucediendo muchas cosas sobre las tablas. Tal y como indica Vaquerizo, es una comedia «hecha para divertir, pero también con una doble lectura» sobre la modernización de España. «Un retrato de cómo intentar cambiar y no conseguirlo» y una obra que defiende la autenticidad por encima de todo. «A mí me sigue resultando más moderno Ramón Sender que La Fura dels Baus, por poner un ejemplo, aunque claro todo esto es un tema de gustos y afinidades», concluye el madrileño.
–¿Qué planes tiene con las Nancys Rubias?
–Seguimos adelante, por supuesto. Teloneamos habitualmente a Fangoria y nos lo seguimos pasando genial. Este año ya tenemos bastantes fechas.
–¿La religión es una adicción para usted?
–Soy adicto a la religión porque me hace sentir bien. Me encanta ir a misa y comulgar porque me siento muy a gusto. Antes de dormir rezo y me acuerdo de los que no están y les pido ayuda. Creo que todo lo que te hace sentir bien crea adicción.
–Defiende siempre la autenticidad. ¿Hay mucho miedo a los prejuicios actualmente?
–La gente se ríe muy poco de sí misma. Yo creo que tener la capacidad de reírte de ti mismo te salva la vida. Lo digo por experiencia propia. A veces nos tomamos demasiado en serio y somos bastante intensos. Yo digo siempre lo que me sale del coño, aunque sin ninguna intención de critica ni reivindicación. Pero me fastidia esa dictadura de lo políticamente correcto. Parece que tienes que ubicarte siempre en un sitio. Ente el blanco y el negro existe el gris perla. Y yo soy mucho del gris perla.
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«Soy adicto a la religión porque hace que me sienta bien conmigo mismo»
«A veces nos tomamos demasiado en serio; reírte de ti mismo te salva la vida»