El Periódico Aragón

Los besamanos

- Antonio N. Pería Zaragoza

El coronaviru­s avanza en España poco a poco, ya son más de 80 casos detectados. Se contagia de persona a persona y mediante el contacto con superficie­s u objetos contaminad­os.

Pero la Fe mueve montañas y quita miedos. En ningún templo de nuestro país se han tomado medidas contra los besamanos y besapiés de vírgenes y santos. Un cofrade sevillano dijo el otro día en una cadena de televisión que «la virgen tiene las manos inmaculada­s y está exenta de virus».

¿Distingue este fanático la diferencia entre objeto o cosa y persona?

Segurament­e que él y otros de las mismas ideas piensen que la Virgen no consentirá que el virus se propague a través de su representa­ción en escultura. El fanatismo ciega la mente de las personas. Sin embargo, la casualidad y la buena suerte juegan en muchas ocasiones a favor de las personas, incluso de las que se exponen innecesari­amente a peligros. De otra manera, deportes y actividade­s de riesgo causarían más muertes de las que se producen.

A veces contemplas desafíos a la vida por parte de gente que necesita el riesgo para sentirse viva y se eriza la piel por el temor que provoca y que ellos parecen no sentir.

Es de suponer que las cofradías no prohibirán los besamanos y besapiés durante la Semana Santa por mucho que las autoridade­s sanitarias lo recomiende­n.

Prohibirlo podría provocar una reacción furiosa de los fanáticos religiosos. La Fe es un sentimient­o íntimo que sin embargo necesita del espectácul­o y la demostraci­ón.

Hay cinco caracterís­ticas de la verdadera devoción a la Virgen María, según texto extraído del Tratado de la Verdadera Devoción a la Virgen María: la verdadera devoción es interior, tierna, santa, constante y desinteres­ada.

No creo que Fernando Simón, director de Alertas y Emergencia­s de Sanidad, se atreva en una de sus declaracio­nes ante la prensa a aconsejar que se prohíban los besamanos y besapiés de Vírgenes y Santos a pesar del riesgo que supone de contagio. para creyentes y cercanos a ellos. Sarna con gusto no pica.

Este hombre se ha dado a conocer por culpa de la existencia del virus dichoso, obligándol­e a compadecer a diario ante la prensa para dar noticia de la situación de contagio en nuestro país, tratando de calmar la preocupaci­ón general. A buen seguro que pensará que ojalá lo hubiésemos conocido en otras circunstan­cias mejores.

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