La diana de la Bundesliga
Dietmar Hopp, propietario del Hoffenheim, se ha convertido en el hombre más odiado del fútbol alemán por elevar al equipo a base de talonario
«La riqueza te obliga a compartir». Es una de las sentencias favoritas de Dietmar Hopp. El cofundador y propietario del gigante de software SAP, una de las mayores fortunas de Alemania, es hoy el hombre más odiado de la Bundesliga. Desde su retirada de la primera línea de la multinacional alemana se dedicó a actividades filantrópicas a través de una fundación que lleva su nombre, y también a uno de los espectáculos más lucrativos del planeta: el fútbol profesional. En la década de los 90, se convirtió en el principal inversor del Hoffenheim. Cuando el millonario comenzó a inyectarle capital, el equipo competía en ligas regionales. En 2008, y tras invertir alrededor de «350 millones de euros» –como él mismo reconoció en una entrevista–, el Hoffenheim logró ascender a la máxima competición del fútbol alemán.
Desde entonces, ha permanecido en ella e incluso llegó a clasificarse para la Champions en el 2018. Para Hopp es un sueño hecho realidad.
El fin de semana pasado no fue una jornada más de la Bundesliga: los insultos y las pancartas amenazantes contra Hopp obligaron a interrumpir dos partidos. En el Hoffenheim-Bayern, los futbolistas incluso practicaron una especie de huelga: se pasaron el balón sin diferenciar al rival y sin la intención de marcar en los últimos minutos. Después Hopp se unió a los futbolistas en
Críticas una imagen que pretendía lanzar una señal contra cualquier tipo de insulto o discriminación. «Como hombre blanco y millonario, Hopp pertenece al grupo de los más privilegiados», respondía una parte de la hinchada del Dortmund a través de un fanzine del equipo aurinegro. Los hinchas pretendían diferenciar así los casos de racismo u homofobia de los insultos al dueño del Hoffenheim.
Hopp se ha convertido en el símbolo de la comercialización del fútbol alemán. Las hinchadas radicales del Bayern, el Borussia Dortmund, el Colonia o el modesto Unión Berlín, recién ascendido, lo han tomado como cabeza de turco contra un modelo que creen fomentado por la federación, sus funcionarios y los patrocinadores.
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