Las Cortes estrenan su primer plan de igualdad de la historia
La mujeres son las que piden el 93% de las reducciones de jornada
La de este año es una celebración especial en el Congreso. Las Cortes han aprobado el primer Plan de Igualdad de su historia, con el único voto en contra de Vox por considerarlo «innecesario». Un documento que llega con prisas pero que ha sido recibido como un buen comienzo en la plantilla de las dos Cámaras. «Podríamos decir que ha sido por unanimidad menos un voto», dijo Meritxell Batet, presidenta del Congreso de los Diputados.
«Conciliación y corresponsabilidad atraviesan todo el texto, son la principal demanda del personal», destacó Pilar Llop, presidenta del Senado.
Hace más de dos años que el Congreso inició los trabajos para elaborar el Plan de Igualdad al que obligaba la ley socialista del 2007, gracias al impulso de la diputada de Ciudadanos Patricia Reyes. Aunque el adelanto electoral y la repetición de los comicios lo han ido retrasando, antes de que las Cortes se disolvieran por última vez encargaron a Concilia2 hacer un diagnóstico de la situación. El informe de la empresa concluyó que una de cada 10 trabajadoras de las Cámaras habían vivido «situaciones de acoso moral, sexual o por razón de sexo», una conclusión que las trabajadoras han conseguido incluir en el texto final del Plan.
En la conciliación y la gestión de horarios es donde se han encontrado mayores problemas. De los empleados que solicitan la reducción de jornada para el cuidado de familiares, el 93% son mujeres. Los horarios parlamentarios son el gran escollo para la conciliación, pero los reglamentos de las Cámaras los regulan. Batet adelantó el cierre del registro de iniciativas a las 18.00, y ahora ha anunciado que las sesiones plenarias de los martes se suspenderán a las 20.00. Fue su antecesora, Ana Pastor, quien adelantó los plenos una hora.
Además, las instalaciones de las Cortes se adaptarán para habilitar «salas de lactancia y cambiadores de bebés»; se incluirá un portal de igualdad en la web de ambas Cámaras, y una guía para el uso no sexista del lenguaje que tendrán que aprobar las dos mesas. Es otra victoria de las trabajadoras conseguir que esa guía no sean meras recomendaciones. El plan es para cuatro años, pero será evaluado anualmente. Es solo el comienzo.
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