El PSOE y Podemos acuden a manifestarse por separado
Cs tuvo que irse por consejo policial tras recibir insultos
La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, su compañera Nadia Calviño y el ministro del Interior, Fernando GrandeMarlaska, encabezaban el nutrido grupo de representantes socialistas que acudieron ayer a las movilizaciones del 8-M. Para encontrar a sus socios de Gobierno había que caminar varios centenares de metros hacia el final de la marcha. La ministra de Igualdad, Irene Montero, junto a otras dirigentes moradas, capitanearon el grupo de Unidas Podemos entre el que se encontraba, en segunda fila, el vicepresidente segundo del Ejecutivo, Pablo Iglesias.
La distancia entre los socios de Gobierno quedó patente.
Sobre todo después de una semana de conflictos en la que socialistas y podemistas se enfrentaron por la aprobación en el Consejo de Ministros de la ley de violencia sexual. Como colofón a siete días de rifirrafes, Calvo defendió la experiencia del PSOE en la defensa de las mujeres: «Algunas llevamos muchos años en el 8-M, cuando casi nadie estaba». Un mensaje que, todo apunta, iba dirigido a sus compañeros en el Consejo de Ministros. Montero, por su parte, quiso bajar el balón al suelo y llamó a la unidad frente al machismo: «Necesitamos una gran alianza feminista, eso es lo que nos enseñaron las que han venido antes».
El clima / festivo de la movilización se vio enturbiado cuando los dirigentes de Ciudadanos que habían acudido tuvieron que abandonar la marcha tras ser empujados por un grupo de manifestantes. «En esta situación uno se siente sobrepasado porque esto no hace callo, yo ya sé que nos viene pasando y que nos pidieron que no viniésemos, a nosotros no nos van a echar de ningún lado: estas calles son de todos, esta causa es la nuestra, de todas las mujeres que estamos aquí», sentenció la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís cuando la Policía recomendó a los naranjas que dejaran la manifestación por seguridad.
Al contrario que el año pasado, esta vez sí acudió un grupo de dirigentes del PP, aunque respaldando su propio manifiesto ya que aseguraron no estar de acuerdo con el texto redactado por la organización. Los populares se presentaron sin pancarta propia y con la vicesecretaria de Política Social del partido, Cuca Gamarra, a la cabeza. La dirigente conservadora, que ha liderado la campaña del PP Mujer por encima de todo, defendió que se necesita un «feminismo que sume a todo el mundo».
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