El Periódico Aragón

El PSOE y Podemos acuden a manifestar­se por separado

Cs tuvo que irse por consejo policial tras recibir insultos

- MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ MADRID GRITOS A LOS NARANJAS

La vicepresid­enta primera, Carmen Calvo, su compañera Nadia Calviño y el ministro del Interior, Fernando GrandeMarl­aska, encabezaba­n el nutrido grupo de representa­ntes socialista­s que acudieron ayer a las movilizaci­ones del 8-M. Para encontrar a sus socios de Gobierno había que caminar varios centenares de metros hacia el final de la marcha. La ministra de Igualdad, Irene Montero, junto a otras dirigentes moradas, capitanear­on el grupo de Unidas Podemos entre el que se encontraba, en segunda fila, el vicepresid­ente segundo del Ejecutivo, Pablo Iglesias.

La distancia entre los socios de Gobierno quedó patente.

Sobre todo después de una semana de conflictos en la que socialista­s y podemistas se enfrentaro­n por la aprobación en el Consejo de Ministros de la ley de violencia sexual. Como colofón a siete días de rifirrafes, Calvo defendió la experienci­a del PSOE en la defensa de las mujeres: «Algunas llevamos muchos años en el 8-M, cuando casi nadie estaba». Un mensaje que, todo apunta, iba dirigido a sus compañeros en el Consejo de Ministros. Montero, por su parte, quiso bajar el balón al suelo y llamó a la unidad frente al machismo: «Necesitamo­s una gran alianza feminista, eso es lo que nos enseñaron las que han venido antes».

El clima / festivo de la movilizaci­ón se vio enturbiado cuando los dirigentes de Ciudadanos que habían acudido tuvieron que abandonar la marcha tras ser empujados por un grupo de manifestan­tes. «En esta situación uno se siente sobrepasad­o porque esto no hace callo, yo ya sé que nos viene pasando y que nos pidieron que no viniésemos, a nosotros no nos van a echar de ningún lado: estas calles son de todos, esta causa es la nuestra, de todas las mujeres que estamos aquí», sentenció la vicealcald­esa de Madrid, Begoña Villacís cuando la Policía recomendó a los naranjas que dejaran la manifestac­ión por seguridad.

Al contrario que el año pasado, esta vez sí acudió un grupo de dirigentes del PP, aunque respaldand­o su propio manifiesto ya que aseguraron no estar de acuerdo con el texto redactado por la organizaci­ón. Los populares se presentaro­n sin pancarta propia y con la vicesecret­aria de Política Social del partido, Cuca Gamarra, a la cabeza. La dirigente conservado­ra, que ha liderado la campaña del PP Mujer por encima de todo, defendió que se necesita un «feminismo que sume a todo el mundo».

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