Sin aseos públicos en Bombay
Estos sesgos más o menos conscientes se trasladan a la realidad aumentando las desigualdades entre unos y otros. El acceso a las instalaciones sanitarias también sufre el efecto de la brecha de género. En Bombay (India), por ejemplo, una ciudad con más de 18 millones de habitantes, mientras que los urinarios públicos masculinos se cuentan por miles, más de la mitad de las mujeres que residen en la ciudad no disponen de un aseo público. Este problema, que afecta a más de dos millones de personas, implica que las jóvenes han de hacer sus necesidades al aire libre de noche o en lugares apartados, quedando expuestas a situaciones de riesgo como robos, intimidaciones o violaciones.
3
Un entorno laboral mal diseñado
Algunos estudios apuntan a que muchas oficinas tienen problemas de diseño que dificultan el acceso de las mujeres. Esto se ve en ejemplos de mobiliario, como es el caso de puertas demasiado pesadas, escaleras o suelos de cristal que pueden incomodar a las personas que visten falda o adoquines demasiado estrechos para quienes caminan con tacones. La temperatura de estos espacios también presenta un importante sesgo, ya que los cálculos para establecer la medida ideal se han establecido en función de las necesidades de un hombre medio de unos 40 años y cuya complexión sería de unos 70 kilos. Este cálculo crea un entorno de unos cinco grados más frío.