«Tomar el modelo masculino
Estudios realizados solo en hombres como referencia universal crea una distorsión de base»
Los uniformes diseñados para las fuerzas armadas, teóricamente creados a partir de un molde unisex, solo se adaptan correctamente a la fisonomía de los soldados varones. Las mujeres del cuerpo denuncian, entre otras, fundas de pistolas que no se ajustan bien a las caderas, correas incómodas, botas demasiado anchas y chalecos que no se adaptan a la forma del pecho. Estos trajes mal adaptados entorpecen el trabajo de hasta el 57% de las profesionales del sector. Esta falta de uniformes adecuados se puso de manifiesto cuando la NASA tuvo que anular el primer paseo espacial íntegramente femenino por la falta de trajes de la talla de las astronautas. invisibles en un mundo de hombres. Pero ni los humanos somos totalmente objetivos ni los datos son imparciales.
Gran parte del conocimiento que tenemos sobre nuestra especie y, sobre todo, sobre nuestra salud, parte de estudios en los que se ha tomado como referencia el molde de un hombre caucásico, de entre 25 y 30 años y unos 70 kilos. Y ha sido hasta ahora la imagen del ser humano de referencia encargado de representar a todos los demás, creando así un conocimiento fragmentado y poco inclusivo.
Este sesgo de base también ha acabado distorsionando las ideas que configuran nuestra visión del mundo. Si no, basta fijarse en cómo se habla de la «historia del hombre» como mero sinónimo de «historia de la humanidad». Y no solo.
Como prueba de todo esto, aquí se detallan estas 10 historias que muestran cómo las mujeres siguen siendo invisibles en un mundo de hombres, ilustradas por Ramón Curto.
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10 Desprotegidas por los tests
Los errores de diseño van más allá de algo anecdótico. El diseño de vehículos (coches, camiones, furgonetas...), los asientos, los cinturones e incluso los airbags (y otros dispositivos de seguridad) parte tomando como referencia modelos masculinos y su complexión. Y, además, los tests de seguridad vial que se realizan para poner a prueba estos componentes se basan en pruebas con maniquís que emulan el cuerpo, la estatura y el peso de un hombre medio. Los resultados que se obtienen de este proceso, sesgado desde su punto de partida, podrían dejar desprotegidas a todas aquellas personas que no encajen en este molde. Especialmente a las mujeres.