Arrimadas gana de calle y toma las riendas de Cs
La portavoz en el Congreso derrota a Igea con el 77% de los votos
Inés Arrimadas será la nueva presidenta de Ciudadanos. Los militantes han decidido que la actual portavoz en el Congreso sea la persona que tome las riendas del partido tras la debacle electoral de noviembre, cuando cayó de 57 a 10 escaños. Albert Rivera dimitió a las pocas horas y abrió un proceso de primarias que ha concluido este fin de semana con una votación en la que se han enfrentado Arrimadas, el crítico Francisco Igea (vicepresidente de la Junta de Castilla y León) y el militante valenciano Ximo Aparici. Arrimadas obtuvo el 76,9% de los votos e Igea se quedó con el 22,3%.
En el proceso pudieron participar 20.979 afiliados (de los 27.402 totales), los que estaban al corriente de pago y tenían una antigüedad de al menos seis meses. En Aragón, la participación fue del 62%, superior a la media nacional, que fue de 59,5%.
En un comunicado, Cs informó ayer que Arrimadas recibió 9.481 votos, mientras que Igea logró 2.752 y el tercer candidato, el militante valenciano Ximo Aparici, 94 votos (el 0,74%). Durante la campaña interna, Arrimadas ha prometido hacer cambios para que el partido sea más horizontal y la militancia tenga un peso mayor, que es una de las carencias que denunciaba con más ahínco Igea.
El vicepresidente presentó su candidatura después de intentar convencer a la portavoz parlamentaria de que se comprometiera a descentralizar el partido y dar más poder a los dirigentes territoriales, para que estos fueran elegidos por la militancia. En opinión de Igea, el partido no ha hecho autocrítica y no podrá generar «esperanza» si la sociedad no ve que la dirección «ha cambiado y ha aprendido».
A ojos de Arrimadas, por el contrario, el cambio «es evidente y está garantizado», y le ha afeado haber ido «por los medios diciendo que este partido está muerto, que no es democrático, tiene meningitis o es leninista».
Arrimadas llegó a la votacFiIRóMnA después de defender la coalición con el Partido Popular para las elecciones del 5 de abril en Euskadi, una alianza que su principal contrincante no apoyaba. La portavoz ha visto necesario ese pacto para poder unir el «voto constitucionalista» y frenar al nacionalismo vasco. En Galicia, que también celebra comicios ese mismo día, los naranjas en cambio no consiguieron convencer al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, de replicar esa coalición, y él únicamente les ofreció integrarse en sus listas, algo a lo que se negó.
En el debate del pasado miércoles, Arrimadas aseguró ante Igea que esas negociaciones en Galicia evidencian que ella paró la «absorción» por parte del PP y los «carguitos» que les ofrecía Feijóo. Igea hizo bandera de la necesidad de llegar también a acuerdos con el PSOE. De hecho, él fue uno de los pocos dirigentes que se manifestó contra el veto al presidente Pedro Sánchez cuando Rivera lo planteó en una reunión interna.
También estuvo en contra de ayudar al PP a mantener la Junta de Castilla y León tras las elecciones de mayo, aunque acabó cediendo y asumiendo la vicepresidencia por orden de la dirección nacional.
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