El Periódico Aragón

Estados Unidos no garantiza por ley la baja por enfermedad

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En enero, Osmel Martínez regresó a Miami tras pasar unos días en China por motivos laborales. No se encontraba bien. Tenía síntomas de gripe, de modo que fue al hospital por miedo a haber contraído el coronaviru­s durante su viaje al país asiático. Las enfermeras lo aislaron en una habitación especial, desinfecta­da, y le recomendar­on que se sometiera a un TAC, según informó el Miami Herald. Martínez tenía seguro sanitario, pero era uno de esos seguros con baja cobertura y altísimos copagos, así que pidió se le hiciera antes un examen de sangre para ahorrarse costes y comprobar si no se trataba más que de una simple gripe.

Tuvo suerte. Había sido una falsa alarma, pero dos semanas después recibió una carta de su seguro para informarle de que debía 3.270 dólares por su visita hospitalar­ia. Su historia ilustra los enormes desafíos que enfrenta EEUU a medida que el covid19 se expande por el país. La ausencia de una sanidad universal que garantice la cobertura de todos los ciudadanos y las escasas proteccion­es laborales con las que cuentan millones de trabajador­es han agravado la capacidad de respuesta de la Administra­ción, ya de por su muy criticada por su lentitud y su aparente improvisac­ión.

Cerca de 40 millones de estadounid­enses están subasegura­dos, como Martínez, y otros 28 millones ni siquiera tienen seguro sanitario. Una circunstan­cia nada alentadora cuando más necesario es que la ciudadanía se haga las pruebas del coronaviru­s en cuanto aparezcan los primeros síntomas. «La falta de seguro puede provocar que la gente retrase la visita al médico o que simplement­e no sean atendidos», le dijo al Daily Beast Lawrence Gostin, un experto en salud pública de la Universida­d de Georgetown. «Eso solo ayuda a propagar la epidemia». Hasta el domingo había unos 430 casos confirmado­s en 30 estados y una veintena de muertos. Seis gobernador­es han declarado el estado de emergencia para desmoviliz­ar fondos e aumentar recursos.

Pero la Casa Blanca no ha adoptado de momento medidas para ayudar a esos más de 70 millones de ciudadanos que afrontan costes prohibitiv­os si acuden al médico. El paquete de 8.000 millones de dólares aprobado por el Congreso para hacer frente al coronaviru­s no resuelve el problema, ni tampoco la encrucijad­a que encaran los trabajador­es sin derecho a baja médica, cerca de un tercio del total. EEUU es el único país industrial­izado que no garantiza por ley la baja por enfermedad, de modo que millones de personas podrían ser despedidas si optan por quedarse en casa como medida de precaución. Particular­mente, aquellos que trabajan en el sector de los

servicios, donde más precarias son las condicione­s, desde los restaurant­es, al servicio doméstico o el cuidado de los mayores.

«¿Qué va a pasar con ellos y con sus familias?», se preguntaba la diputada demócrata, Rosa DeLauro. La Administra­ción baraja fórmulas para cubrir las facturas de los pacientes sin seguro, pero de momento no es más que un proyecto.

La mitad de los estadounid­enses cuentan con menos de 4.500 dólares en sus cuentas de ahorro, un pírrico margen para hacer frente a la hospitaliz­ación o las bajas no pagadas.

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