Un estudio del campus afirma que reducir la movilidad no frena el virus
El informe dice que la detección temprana y el aislamiento son la clave
Un estudio sobre el impacto de diferentes medidas en la contención de la epidemia Covid-19 en España realizado por investigadores del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (Bifi) de la Universidad de Zaragoza señala que la reducción de la movilidad, en general, no es efectiva para contener la expansión geográfica de la epidemia. Los resultados, basados en un modelo matemático y datos reales de flujo de individuos, indican que lo más eficaz es la detección temprana y el aislamiento de individuos infectados.
Estas son las principales conclusiones obtenidas por los investigadores Yamir Moreno, físico teórico y responsable del Grupo de Redes y Sistemas Complejos (Cosnet) y director del Instituto Bifi de la Universidad de Zaragoza y Alberto Aleta, miembro integrante de este grupo, vinculado, además, a la Fundación ISI de Turín, Italia.
Los investigadores concluyen que los resultados respaldan la adopción de una estrategia mixta que combine ciertas restricciones de movilidad con la identificación temprana de individuos infectados y su aislamiento. Estas conclusiones concuerdan con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Aunque este estudio se ha realizado con datos reales de movilidad en España, los hallazgos pueden extrapolarse a cualquier otro país, dada la ubicuidad de los patrones de movilidad en todo el mundo», señala Yamir Moreno, que es uno de los 6.000 científicos más citados del mundo.
Estos investigadores / cuentan con una dilatada experiencia en el estudio de los procesos de propagación de epidemias mediante el desarrollo de modelos matemáticos y el uso de herramientas computacionales para evaluar y predecir la evolución del brote.
Los resultados del análisis concuerdan con otros existentes y muestran que incluso una reducción del 90% de la movilidad tiene un efecto «limitado» en frenar la propagación. El trabajo también demuestra que medidas drásticas como el cierre total de cualquier medio de transporte, además de tener un elevado coste económico, no conducen a una reducción significativa del número de infectados. Lo que sí provocan es que el pico de la epidemia se retrase unos días, lo que podría ser ventajoso para preparar mejor a los servicios sanitarios y a la población, y desarrollar nuevas terapias farmacológicas.
Los autores recuerdan que ni siquiera la cuarentena de una ciudad como Wuhan ha podido evitar la propagación de la enfermedad, primero en China y, después, en países de Asia, Europa y América. El 29 de febrero la cifra global de infectados era de 85.403, de los cuales 79.394 correspondían a China. Hoy, la enfermedad ya afecta a 53 países.
Según este informe, para evitar la propagación desde un punto de vista científico, hay dos formas de proceder. Por una parte, desarrollando nuevas vacunas y medicamentos retrovirales específicos para la enfermedad, lo cual requiere meses de trabajo y ensayos clínicos. Por otra parte, estudiando la propagación espacial y a gran escala de la misma, con modelos matemáticos y computacionales robustos y fiables. Esto permitirá evaluar escenarios hipotéticos, así como posibles medidas de contención para erradicar la enfermedad o retrasar su impacto. Esta modelización es «clave», aseguran, ya que puede contribuir a aumentar la efectividad de las medidas de protección de la población y a ganar tiempo para el desarrollo de nuevos medicamentos.
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