Una farmacia en la red
Un proyecto pionero en las boticas de Teruel sobre el control de la medicación de los pacientes se extiende a todo Aragón El paciente dispone de una tarjeta en la que se refleja qué fármacos toma
Las nuevas tecnologías siempre suman y pueden incluso fomentar el control de la medicación de los pacientes. ¿Cómo? La clave está en una simple tarjeta física, disponible ya en Aragón, que registra información sobre los fármacos que toma el usuario y a través de la cual se mejora el seguimiento y se facilita la colaboración entre boticas para el control de la adherencia a los tratamientos o la vigilancia ante posibles duplicidades. En esto consiste la iniciativa Mi Farmacia Asistencial, una propuesta del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos que se inició de manera experimental y pionera en Teruel y que ahora se va a extender a toda la comunidad. «Allí ha sido todo un éxito y nos gustaría extenderlo con el tiempo a toda España», explicó ayer Jesús Aguilar, presidente del colegio nacional de farmacéuticos.
Esta herramienta digital conecta a todas las boticas adheridas al proyecto (un total de 180 en Aragón) y se convierte en una gran farmacia en la red. Los usuarios que dispongan de la tarjeta podrán conocer toda su medicación, «estén donde estén», en cualquier establecimiento.
Su disposición es para cualquier ciudadano, aunque se trata de un recurso con más valor para pacientes crónicos o polimedicados que toman diferentes fármacos y que, en alguna ocasión, pueden tener confusión sobre qué pastilla tomar.
Cada usuario podrá conocer su historial farmacológico en cualquier farmacia adherida al plan
En marcha
El objetivo es que este plan se pueda aplicar a todos los establecimientos del país
Ahí es donde jugará un papel importante el farmacéutico que controle Mi Farmacia Asistencial, porque este profesional podrá mejorar el uso y el consumo de medicamentos, con todas las garantías de protección de datos y confidencialidad.
Sin receta
En la provincia de Teruel, el 58% de las boticas participan en el proyecto, con un total de 544 pacientes. Por otro lado, la tarjeta incorpora lo que se conoce como Indicación Farmacéutica, que supone que cuando el paciente llegue a la farmacia para pedir un medicamento sin receta, destinado a una patología leve, el profesional sabrá su historial farmacológico y podrá indicar el medicamento más adecuado. «Este servicio aumenta la seguridad en el uso de fármacos sin prescripción y, además y disminuirá la presión asistencial en las consultas médicas de Atención Primaria y en urgencias», señaló Aguilar.
Esta plataforma puede coexistir «de manera perfecta» con el sistema público de receta electrónica. «Aquí hablamos más de la parte privada, del paciente que acude con recetas de una mutua o de una clínica», añadió.
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