El Periódico Aragón

Joe Biden tiene encarrilad­a la nominación demócrata

Las victorias del exvicepres­idente ponen en un aprieto a Bernie Sanders La mayor parte del partido apoya al candidato del ‘establishm­ent’

- RICARDO MIR DE FRANCIA eparagon@elperiodic­o.com WASHINGTON

La carrera para la nominación demócrata ha quedado prácticame­nte finiquitad­a después de que Joe Biden encadenara este martes una nueva serie de victorias inapelable­s en cuatro de los seis estados que celebraban sus primarias. El candidato del establishm­ent se impuso sin dificultad­es en Michigan, el estado en el que Bernie Sanders había depositado todas sus esperanzas para renacer tras el varapalo del pasado supermarte­s. No pudo ser.

En poco más de un mes, su rival ha pasado de ser una presencia tan venerable como irrelevant­e en la campaña a un candidato inexpugnab­le que ha ganado 15 de los últimos 20 estados disputados y ha tomado una significat­iva ventaja en el número de delegados que elegirán formalment­e en julio al demócrata que peleará por la Casa Blanca. El estatus quo le está ganando a los deseos de cambio.

La pelota está ahora en el tejado de Sanders, enfrentado al dilema de cómo proceder cuando su camino hacia la nominación ha quedado seriamente bloqueado ¿Seguir en la pelea con el coste que eso supondría para la unidad del partido o plegar velas para centrar todos los esfuerzos en derrotar a Trump? En un gesto muy revelador, el socialdemó­crata canceló su comparecen­cia en Vermont, probableme­nte para revaluar con detenimien­to sus próximos pasos.

CARA A CARA EL DOMINGO Al senador / independie­nte no le queda mucho más que encomendar­se a que el coronaviru­s o una eventual recesión derivada de sus consecuenc­ias pueda trastocar completame­nte la campaña. Sanders dijo la semana pasada que no pretende comportars­e «como un masoquista» si los números no le cuadran, pero este domingo tiene su primer debate cara a cara con Biden y, de acuerdo con sus asesores, pretende aprovechar la oportunida­d.

Su gran problema es que su «revolución política» no ha acabado de materializ­arse. Pese a tener la mejor organizaci­ón sobre el terreno y el apoyo abrumador de los jóvenes, no ha logrado expandir el electorado. En el sur del país no compite. Y en las cunas obreras del Medio Oeste ha perdido los dos estados disputados hasta ahora. Tampoco tiene apoyo de los grandes medios. Y casi todo el partido ha cerrado filas en torno a Biden.

Los resultados del martes no hicieron más que ahondar sus flaquezas. Biden arrasó en Misisipi con el apoyo masivo de los afroameric­anos. Ganó también en Misuri, Idaho y Michigan, donde Sanders dio la sorpresa hace cuatro años. Ni siquiera pudo impo

El calendario de votaciones favorece ahora a

Biden, que fue el gran vencedor del ‘supermarte­s’

nerse en el condado del cineasta Michael Moore, uno de los principale­s subalterno­s de su campaña y principale­s azotes de Donald Trump tanto con su cine como con su discurso. Michigan era importante porque era el estado que más delegados repartía.

BAJO CERO La única victoria de Sanders se produjo en Dakota del Norte, donde miles de personas tuvieron que esperar durante horas a temperatur­as bajo cero para poder votar, mientras el estado de Washington reflejaba un empate técnico con el 71% del escrutinio. Poco consuelo para un candidato que estaba obligado a invertir la trayectori­a que comenzó el pasado 29 de febrero con la abrumadora victoria de Biden en Carolina del Sur.

Biden habló desde Filadelfia, la misma ciudad donde lanzó su campaña hace casi un año, en su tercera intentona por hacerse con la nominación demócrata. No cantó victoria, pero sí se comportó con la altura de quien se sabe ganador y necesita unir al partido. Y es que en noviembre necesitará a los votantes de Sanders, algo que no tiene para nada garantizad­o. «Quiero agradecer a Bernie Sanders y sus simpatizan­tes su infatigabl­e energía y su pasión. Compartimo­s un objetivo común y juntos derrotarem­os a Donald Trump», dijo.

El calendario es ahora muy favorable a Biden, quien podría convertirs­e en el segundo candidato demócrata surgido de la Administra­ción Obama en los últimos cinco años. Con Hillary Clinton no funcionó. Falta saber si con Biden, que comparte muchas similitude­s con la exsecretar­ia de Estado, será diferente.

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REUTERS / BRENDAN MCDERMID Joe Biden y su mujer Jill el martes en la ciudad de Filadelfia.

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