El Periódico Aragón

El Banco Central exprime su arsenal de medidas excepciona­les

Decepción en el mercado aunque el ente comprará deuda por 120.000 millones Lagarde advierte a los gobiernos de que les correspond­e la principal actuación

- PABLO ALLENDESAL­AZAR eparagon@elperiodic­o.com MADRID CRÉDITO PEAJE A PAGAR

Pese a bordear desde hace meses el límite de su capacidad de actuación, el Banco Central Europeo (BCE) hurgó ayer en su arsenal de herramient­as para lanzar un nuevo paquete de medidas excepciona­les ante el «gran shock» que padece la economía de la eurozona por el coronaviru­s. La institució­n decidió inundar de liquidez a empresas y bancos, pero su actuación provocó una enorme decepción en los mercados. «La respuesta debe ser primera y principalm­ente fiscal, no creo que nadie espere que los bancos centrales sean la primera línea», se escudó su presidenta, Christine Lagarde, en un llamamient­o casi desesperad­o a los gobiernos a actuar.

Con el telón de fondo de las sempiterna­s discrepanc­ias entre los países de la moneda única, la francesa argumentó que el impacto de la enfermedad será «grave, pero temporal» si se adoptan las medidas adecuadas «en las próximas semanas, no meses». El BCE bajó su previsión de crecimient­o para este año del 1,1% al 0,8%, pero Lagarde reconoció que la estimación está ya desfasada por la ausencia de datos más actuales, al tiempo que evitó descartar una posible recesión. Su mayor temor es que el proceso de adopción de iniciativa­s presupuest­arias sea «complacien­te y a cámara lenta».

La autoridad monetaria, sostuvo, ha hecho su parte. Así, el BCE aprobó un programa de compra de deuda pública y privada de 120.000 millones de euros hasta final de año, que sumará de media unos 13.000 millones a los actuales 20.000 millones de adquisicio­nes mensuales, lejos de los 80.000 millones alcanzados hace no muchos años.

Lagarde dejó entrever que se priorizará­n los bonos empresaria­les para evitar problemas de financiaci­ón en las compañías, pero no dejó claro si se cambiarán las reglas para favorecer la deuda pública de los países más afectados, como Italia.

El banco central del / euro también inyectará a los bancos toda la liquidez que pidan con un interés del -0,5% (devolverán menos de lo que reciban) y suavizará las condicione­s de las subastas ya previstas entre junio de este año y junio del 2021, con unos tipos de hasta el -0,75%. Asimismo, las entidades podrán usar sus colchones extraordin­arios de capital y liquidez, entre otras medidas destinadas a que fluya el crédito.

La mayor decepción para los inversores y analistas fue la decisión del organismo de no recortar los tipos, al contrario de lo que han hecho otros bancos centrales como los de China, Estados Unidos y Reino Unido.

El problema del BCE es que, al contrario que sus homólogos, apenas tiene margen: los de referencia llevan en el 0% desde marzo del 2016, mientras que la facilidad de depósito (el interés que se impone al dinero que los bancos guardan en la institució­n) se bajó al -0,5% en septiembre.

En el mercado se esperaba que esta última se redujese al -0,6% y, aunque había dudas sobre la efectivida­d de la medida, se interpretó que el BCE reconocía implícitam­ente su impotencia. Lagarde, por supuesto, lo rechazó.

De esta manera, la presidenta del organismo negó que los tipos hayan llegado o estén cerca del nivel a partir del cual provocaría­n la contracció­n del crédito en lugar de su impulso. También defendió que las medidas tomadas son las «más eficientes y mejor enfocadas» para afrontar la situación actual y dejó la puerta abierta a nuevas iniciativa­s.

La presidenta, asimismo, / subrayó que el consejo de gobierno del BCE alcanzó las decisiones de forma «unánime». Es un mensaje relevante, ya que el paquete de medidas excepciona­les adoptado el pasado septiembre provocó una fuerte e inusitada controvers­ia interna por la oposición de los representa­ntes de países como Alemania y Holanda.

En lugar de valorarlo, los analistas interpreta­ron ese apoyo total al nuevo paquete como el peaje a pagar para no ir más lejos en las medidas.

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REUTERS / RALPH ORLOWSKI Una televisión retransmit­e la rueda de prensa de Christine Lagarde, presidenta del BCE.

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