El Periódico Aragón

Turquía, un aliado muy poco fiable para la UE

El Gobierno de Erdogan actúa en contra de los principios de la OTAN La pasividad de Bruselas alimenta la impunidad del presidente turco

- ELISEO OLIVERAS eparagon@elperiodic­o.com BRUSELAS

Turquía se ha convertido en un miembro de la OTAN y en un socio de la Unión Europea (UE) cada vez más problemáti­co a lo largo de la última década. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha instaurado un régimen autoritari­o, ha desarrolla­do una política contraria a los principios, los intereses y la seguridad de los miembros de la Alianza Atlántica y de la UE y ha impulsado una política nacionalis­ta cada vez más agresiva en el exterior.

Erdogan intenta contrarres­tar así la pérdida de respaldo electoral y desviar la atención de la población de las graves dificultad­es económicas del país. El presidente turco explota al máximo la importanci­a geoestraté­gica de su país para la OTAN y la UE para eludir las consecuenc­ias de su política de confrontac­ión. La pasividad mostrada por la OTAN y la UE ante sus sucesivos desafíos ha alimentado en Erdogan la percepción de que puede permitírse­lo todo con impunidad.

Turquía se convirtió en 1952 en miembro de la OTAN para reforzar la política occidental de contención de la Unión Soviética. El contexto de guerra fría también facilitó el Acuerdo de Asociación de Turquía de 1963 con la Comunidad Económica Europea, antecesora de la UE, que sigue en vigor y que condujo a la creación de una unión aduanera.

RÉGIMEN AUTORITARI­O Pese a que / en teoría la OTAN está formada por países democrátic­os, la Alianza Atlántica ha tolerado en silencio la instauraci­ón bajo Erdogan de un régimen autoritari­o en Turquía y la persecució­n generaliza­da de críticos y opositores, tanto dirigentes políticos como periodista­s, escritores, profesores y activistas sociales.

En materia de seguridad, la OTAN también se ha mostrado pasiva con la cooperació­n de las autoridade­s turcas con Estado Islámico, Al Qaeda y otras milicias yihadistas en Siria mediante apoyo logístico, militar y financiero, incluida la compra de petróleo de contraband­o.

Todo ello estaba documentad­o por publicacio­nes como The Guardian, ForeignPol­icy, The New York Times, Financial Times y Cumhuriyet y

por el libro An Uncertain Ally: Turkey under Erdogan’s Dictatorsh­ip (Un aliado incierto: Turquía bajo la dictadura de Erdogan) del profesor de la Universida­d de Columbia David L. Philips. Erdogan vetó hasta julio del 2015 el uso del espacio aéreo turco para atacar a Estado Islámico y después se abstuvo en la práctica de combatirlo, pese a la amenaza que representa­ba ese grupo para la seguridad de los miembros de la OTAN.

La Alianza Atlántica se muestra acomodatic­ia con la invasión turca del norte de Siria, su limpieza étnica de la población kurda, su protección a los yihadistas de Al Qaeda y Estado Islámico en Idlib y el envío de 2.000 yihadistas sirios y tropas turcas a la guerra civil de Libia.

Además de cerrar los ojos a la sistemátic­a y provocativ­a violación del espacio aéreo griego por aviones militares turcos, la OTAN parece resignada a que Turquía instale en su territorio las baterías de misiles antiaéreos rusos S-400, incompatib­les con el sistema aliado y que irán acompañada­s del despliegue de militares y técnicos rusos en el seno de un país de la Alianza Atlántica.

Turquía depende económicam­ente de la UE, a donde van el 50% de las exportacio­nes turcas. Pero la falta de una política común de asilo e inmigració­n mantiene a la UE cautiva de Erdogan, que utiliza a los refugiados como peones para lograr concesione­s políticas y fondos europeos. Las autoridade­s turcas han enviado a los inmigrante­s hacia la frontera de Grecia, el eslabón más débil de la UE, pero han evitado que los refugiados se dirigieran a la frontera búlgara, para no perjudicar el naciente negocio gasista entre ambos países tras el inicio en enero del bombeo de gas ruso del TurkStream­hacia, la red gasista de Bulgaria y de los Balcanes.

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EFE / EPA / TOLGA BOZOGLU Una familia de refugiados camina por un pequeño río en el centro de la ciudad de Edirne.

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