El Periódico Aragón

La costa mediterrán­ea se convierte en el refugio de los madrileños

El litoral ve cómo reabren segundas residencia­s fuera de temporada Murcia decreta el confinamie­nto de 7 municipios tras llegar visitantes con el virus

- NACHO HERRERO eparagon@elperiodic­o.com GANDÍA

Antes de que el presidente Pedro Sánchez anunciara el decreto que hoy pondrá en estado de alarma a España, muchos madrileños trataban de huir de un gran foco del virus en dirección a Andalucía, Murcia y la Comunidad Valenciana. Lo que comenzó siendo un goteo hace una semana acabó por provocar atascos y amargas críticas en los destinos.

«Si allí es donde están casi todos los contagiado­s y ahora se vienen aquí…», lamentaba Noelia mientras jugaba ayer con su hija en la valenciana playa de Gandía. Nada raro salvo que ella, que vive en un pueblo de Madrid, hizo ese mismo viaje hace una semana «cuando el tema empezó a ponerse feo». Sin nadie que lo impida, reflexiona­ba, no se puede evitar. «Pasa como con los supermerca­dos, los que estaban diciendo que era una locura ahora están haciendo acopio», asegura. «Es que nadie sabe cómo va estar el tema dentro de tres días», se defendía. Ella había aprovechad­o que está en el paro y que su pareja tenía vacaciones para hacer el viaje aunque lo que más se veían por la zona era jubilados como Carmen y Antonio, que llegaron también hace una semana.

Si lo suyo era resquemor, lo de los responsabl­es políticos de las zonas afectadas era indignació­n. «Es una vergüenza, les confinan y se vienen de vacaciones», se quejaba un alcalde valenciano a este diario tras explicar cómo en los últimos días han empezado a ver cómo se abrían segundas residencia­s, habitualme­nte cerradas en esta época del año. La situación es común de Castellón hasta Cádiz. «Es vergonzoso ver cómo las oficinas turísticas estaban llenas de personas solicitand­o informació­n sobre la oferta de estos días», criticaba el presidente de Murcia, Fernando López Miras. Acababa de firmar un decreto de confinamie­nto para siete municipios costeros que suponía que se prohibía la entrada y salida de los mismos pero también se limitaba el movimiento interno a cuestiones laborales y compras de primera necesidad. De Cartagena a Águilas, pasando por San Javier. En total, casi 400.000 personas con medidas restrictiv­as «por culpa de los irresponsa­bles», puntualiza­ba.

Su furibunda reacción llegó al constatar que los siete últimos positivos de su comunidad eran de ciudadanos que habían llegado de Madrid, incluido un hombre de 88 años que lo hizo en tren y se fue casi directo a la uci del Hospital del Mar Menor.

«No voy a consentir una sola irresponsa­bilidad más, es inadmisibl­e», sentenció. También contribuyó a encender los ánimos el contagio de una mujer en Gandia que acababa de llegar de Madrid. Su caso, no obstante, no era como el resto, pues se trataba de una residente en esta localidad costera que había acudido a la capital valenciana a cuidar a un familiar.

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MIGUEL LORENZO Los madrileños Carmen y Antonio, procedente­s del barrio de Salamanca, en la playa de Gandía, ayer.

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