Las tres erres en el plástico son bases para la circularidad
La Unión Europea ha establecido la Estrategia para el plástico en una economía circular En Europa, los envases de plástico deberán ser reutilizables y reciclables para el año 2030
El plástico de botellas posibilita su conversión en escamas para su reutilización en nuevos productos.
A l plástico ha sido declarado como el principal enemigo de la lucha medioambiental en el siglo XXI. Es el material en el que se centran gran parte de las políticas y medidas destinadas al cuidado del entorno tanto a nivel internacional, como nacional y local. Las características que han hecho del plástico el gran descubrimiento en los últimos años no esconden los grandes inconvenientes que también conlleva.
El consumo masivo de plástico unido a la larga durabilidad del material ha llamado la atención en el marco de los esfuerzos por transformar el sistema económico lineal
Ecircular. Por ello, organismos como la Unión Europea trabajan en la reducción y reutilización de este a través de diferentes documentos, como la Estrategia de la UE para el plástico en una economía circular. La Comisión Europea define esta estrategia como «el primer marco político a escala de la UE que adopta un enfoque basado en el ciclo de vida específico de los materiales para integrar actividades circulares de diseño, uso, reutilización y reciclaje en las cadenas de valor de los plásticos».
El documento establece como objetivos que todos los envases de plástico comercializados en el mercado europeo deberán ser reutilizables o reciclables para 2030 o la reutilización de diez millones de togias neladas de plástico reciclado. Son finalidades que implican caminar hacia una meta común por parte de todos los agentes implicados. Desde el organismo europeo son positivos y señalan que si los proveedores de plásticos reciclados cumplen con sus compromisos, la demanda de plástico reciclado ascenderá en 6,2 millones de toneladas en 2025.
La estrategia también menciona los microplásticos, cuyo tamaño nada tiene que ver con causar menos daño ambiental. Por lo tanto, la Comisión europea también ha desarrollado un marco sobre la biodegradabilidad de este material, con objeto de que solo se utilicen cuando aporten un beneficio al entorno y no intervengan en la gestión del resto de residuos. En definitiva, crear sineren entre los objetivos económicos y ambientales.
Por ello, la UE realiza un gran esfuerzo por concienciar no solo a los Estados miembro sino también más allá de las fronteras europeas, liderando así la lucha global contra el plástico. Prueba de ello es la normativa sobre los aparejos de pesca y plásticos de un solo uso que el ejecutivo europeo puso en marcha, así como las propuestas de la Comisión sobre el control de la pesca, que hacen a la Unión Europea líder en la batalla contra los residuos marinos.
Caminar hacia la economía circular pasa por reducir el plástico. Aunque siempre la estrategia más eficaz será la conciencia individual y colectiva medioambiental.
M