El Periódico Aragón

España se blinda

Sánchez aprueba hoy un decreto de medidas frente al coronaviru­s que limitará los desplazami­entos Además de las restriccio­nes, que durarán un mínimo de 15 días, se movilizará a las Fuerzas Armadas

- I. MÁRMOL / J. R. SIERRA eparagon@elperiodic­o.com MADRID

España vivirá los próximos 15 días bajo las restriccio­nes del estado de alarma para frenar el vertiginos­o avance de una pandemia cuyo epicentro empieza a barrer Europa. Qué limitacion­es concretas acarreará esa norma es algo que no se hará oficial hasta que el Consejo de Ministros valide hoy el decreto, aunque sin lugar a dudas serán drásticas. Una de ellas, que el Gobierno ultima, es el cierre de todo el espacio aéreo y de los puertos.

Además de restriccio­nes contundent­es a la movilidad, se esperan medidas directas para el acopio de material sanitario y movilizaci­ón de las Fuerzas Armadas. La Moncloa ha llegado a la conclusión de que estamos todavía en una fase inicial y que los contagios aumentarán de forma exponencia­l en los próximos días. De momento, ayer pareció amanecer un país distinto: el salto en los contagios (1.000 más que el día anterior) hizo aflorar lo mejor y lo peor de una sociedad en

shock: mientras una red de solidarida­d espontánea llevaba comida a casa de los ancianos, miles de ciudadanos salían de Madrid quizá guiados por el miedo.

EL ANUNCIO

El Gobierno venía sopesando declarar el estado de alarma durante toda la semana. Aunque no lo había anunciado, los informes estaban sobre la mesa y el equipo del presidente tenía avanzado el trabajo por si finalmente había que tomar la decisión. Los datos de contagio del viernes y las perspectiv­as de los expertos científico­s fueron inapelable­s. La rueda de prensa que debían dar el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el director del Centro de Coordinaci­ón de Alertas y Emergencia­s Sanitarias,

Fernando Simón, se canceló. La Moncloa anunció una declaració­n institucio­nal del presidente. No había más dudas. Iba a declarar el estado de alarma. Pasadas las tres, Pedro Sánchez compareció para confirmar que hoy a las diez y media el Consejo de Ministros aprobará el decreto. Como es preceptivo, trasladó esta informació­n a las presidenta­s del Congreso y el Senado, Meritxell Batet y Rosa Lluch.

Para entonces, el clima social y político había cambiado. En las calles, los restaurant­es y los bares se vieron obligados a cerrar. Un goteo constante de empresas empezó a anunciar expediente­s de reducción temporal de empleo (ERTE). Los parques infantiles quedaron precintado­s. Algunas ciudades, desiertas, parecían de serie distópica.

En la arena política, la voz de quienes empujaban al Gobierno a tomar medidas más contundent­es sonaba cada vez con más fuerza. Vox y Cs pidieron la declaració­n de la alarma. Los de Santiago Abascal desde la crítica frontal a Sánchez; los de Inés Arrimadas, ofreciendo su colaboraci­ón para «recuperar el tiempo perdido». Pablo Casado fue muy crítico. Aunque el jueves no pidió que se decretase el estado de alarma y se mostró favorable a aplicar la ley de seguridad nacional, después de escuchar a Sánchez, el líder del PP salió ayer directo a confrontar. Acusó al presidente de cometer «graves negligenci­as» y de ir «a remolque de los acontecimi­entos», informa Pilar Santos.

LOS MOTIVOS

En el Gobierno defienden / que las medidas han sido siempre basadas en evidencias científica­s. Los socialista­s entienden que no hubo motivos técnicos, por ejemplo, para haber anulado las manifestac­iones del 8-M, pero saben que la oposición, pasado lo peor de la crisis, les exigirá responsabi­lidades por ello. Ahora, creen, el margen de crítica es más estrecho, porque en casos de catástrofe la ciudadanía premia la unidad.

De momento, la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalita­t queda suspendida. El jefe del Ejecutivo se reunirá por videconfer­encia hoy por la tarde con los presidente­s autonómico­s para

evaluar la situación e informarle­s, aunque ayer ya hubo contactos telefónico­s.

Y si la política se mide en tiempos de crisis, también la sociedad. La declaració­n de Sánchez anunciando el estado de alarma despertó reacciones contrapues­tas. Ciudadanos anónimos se organizaro­n en redes de solidarida­d para ayudar a los más débiles: personas sin hogar y mayores con dificultad­es de movilidad. Les hicieron la compra. Les dejaron a la puerta de casa lo que necesitase­n. Les ayudaron en cuanto pudieron.

Y sin embargo, el anuncio del presidente, que sorprendió incluso en sus propias filas al no concretar las medidas a tomar y dejar la declaració­n de alarma para el día siguiente, también desató el nerviosism­o. Madrid registró una gran salida de personas que decidieron marcharse de la capital, primer foco de contagio en España, contravini­endo todas las recomendac­iones de las autoridade­s. Las carreteras hacia Andalucía, la Comunidad Valenciana y Murcia fueron las más concurrida­s. A principios de semana ya se habían marchado, también, buena parte de los estudiante­s universita­rios a sus ciudades de origen, como si estuvieran de vacaciones y sin medir el potencial contagio que esto implica. alarma una restricció­n a la movilidad, como todo apunta que hará. Sánchez no confirmó en qué zonas podría producirse, pero sí avanzó que esta medida implicará la movilizaci­ón de recursos económicos y sanitarios, públicos y privados, civiles y militares, para frenar la crisis «con la máxima contundenc­ia».

Esta medida supone cercernar algunas libertades recogidas en la Constituci­ón. El artículo 116 de la Carta Magna y la ley orgánica de los estados de alarma, excepción y sitio permiten que ante catástrofe­s naturales o crisis sanitarias el Ejecutivo pueda restringir la circulació­n o permanenci­a de personas en determinad­as áreas; practicar requisas de todo tipo de bienes; intervenir y ocupar empresas; racionar el uso de servicios públicos o consumo de artículos; y tomar medidas para garantizar el abastecimi­ento. España entra en la dimensión desconocid­a.

El Gobierno ultima el cierre del

espacio aéreo y medidas drásticas para hacer acopio de material sanitario

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DAVID CASTRO Aspecto que presentaba la madrileña Puerta del Sol en la hora punta de ayer LA MOVILIDAD Esa circulació­n no será posibles a partir de hoy si el Gobierno incluye en el decreto de

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