Ayuda desde el balcón
Las personas mayores se resignan al encierro con la ayuda de la asistencia social y la «fuerza» y la experiencia que les dan los años vividos
«Nuestro colectivo ya tiene una gran experiencia soportando calamidades, posguerras y encierros». Este es el resumen del Consejo Aragonés de las Personas Mayores (Coapema) a la hora de analizar la situación de los ancianos que se quedan en casa aislados. La realidad es la que es: las personas mayores viven esta situación como un paso más en sus trayectorias vitales. «De crío viví entre guardias civiles y maquis, ahora ya no le tengo miedo a nada», señala Santiago Marco, que a sus 91 años vive en Biscarrués.
Su rutina ha cambiado bastante: ya no hace el paseo diario por los caminos de detrás de la iglesia y se limita a atender las plantas que tiene en el viejo corral. Procura informarse más por la radio que por la televisión y señala que ha retomado el hábito de la lectura. «No me enseñó nadie, aprendí yo solo en el monte», dice. Y se toma con humor lo de no salir de casa: «Cuando era pastor ya dormí bastante al aire libre».
Para evitar este tipo de aislamiento, en muchos lugares se está empezando a trabajar en redes vecinales para garantizar que las personas que no pueden salir a la calle logren todo lo que necesitan. Es el caso de la comarca de la Galliguera, en la que los propios habitantes de los pueblos están ofreciendo colaboración a las personas dependientes. La concejal de Servicios Sociales, Lola Giménez, destaca que la respuesta vecinal ha sido «magnífica» para evitar molestias.
Otro ejemplo es el de Ayuntamiento de Aladrén, en el que la gente joven se está volcando con sus mayores. «Intentamos que cada vez que se sale a una compra o al paseo con los perros nos digan cómo están a través del balcón», dice la alcaldesa, Marta Blanco. Estos días de tormentas han estado con problemas de suministro eléctrico y de cobertura. «Hemos tenido que ser los más jóvenes los que, desplazándonos a las afueras, hemos comunicado a los familiares que están en Zaragoza u otros sitios, que su familia estaba bien», dice.
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