El Periódico Aragón

¿Juzgar a un rey?

La Fiscalía Anticorrup­ción puede plantearse investigar a Juan Carlos si ve indicios de que blanqueó dinero tras su abdicación como monarca

- ÁNGELES VÁZQUEZ MADRID

Cuando la pieza abierta por el audio en el que Corinna zu Sayn-Wittgenste­in atribuía al rey Juan Carlos un presunto cobro de comisiones ilegales en Arabia Saudí fue archivada por la inviolabil­idad de la que gozaba como jefe del Estado, parecía que el panorama judicial del monarca emérito quedaba despejado. Pero, pese al archivo, las pesquisas siguieron por parte de la fiscalía suiza y de la Fiscalía Anticorrup­ción española, centradas no en Juan Carlos I, sino en esas presuntas mordidas.

La Audiencia Nacional remitió a la justicia helvética todos los datos que tenía en relación con las palabras de la examiga del Rey, por si podían ser constituti­vas de algún delito. Fruto del trabajo de la fiscalía suiza se ha conocido la presunta donación de 65 millones de euros que el rey saudí Abdalá bin Abdulaziz, que murió en el 2015, habría ingresado en la fundación Lucum, de la que Juan Carlos aparece como beneficiar­io. El comunicado en el que su hijo renuncia a la herencia que le pueda correspond­er da por buena tanto la existencia de esa fundación como de una segunda, Zagatka. Anticorrup­ción, a cuyo informe se agarró el entonces instructor del caso Villarejo, Diego de Egea, para archivar la pieza que podía afectar al rey emérito, abrió enseguida una investigac­ión centrada en los 80 millones de euros que, según le contó Corinna al excomisari­o José Manuel Villarejo en el 2015, se habrían entregado a la mujer de un empresario saudí para dar a otro empresario, quien a su vez le habría dado todo o parte a Juan Carlos I.

A la investigac­ión inicial de la fiscalía española por delitos de corrupción en las transaccio­nes económicas internacio­nales y de cohecho se ha sumado el de blanqueo de capitales.

El rey Juan Carlos perdió su inmunidad al abdicar en el 2014, momento en el que a pesar de ello conservó el fuero ante el Tribunal Supremo. Eso significa que si Anticorrup­ción halla indicios de que ese delito se siguió cometiendo después de que perdiera la inviolabil­idad, deberá remitir las actuacione­s a la fiscalía del Supremo para que interponga una querella.

Respecto a este tema, Pedro Sánchez, apoyó ayer las medidas del monarca. «Son necesarias y coherentes con las actuacione­s tendentes a la transparen­cia y la ejemplarid­ad que, durante el reinado de Felipe VI, se han venido impulsando desde la Casa del Rey», afirmó el presidente. El presidente admitió, en la rueda de prensa telemática de ayer tras el Consejo de Ministros, que el gesto de Felipe VI «es una cuestión que, evidenteme­nte, ha sobresalta­do a la opinión pública», pero, mostró su apoyo y el de todo el Gobierno a la decisión.

El delito de blanqueo puede perseguirs­e aunque haya prescrito o su autor sea inviolable

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