El Periódico Aragón

Tregua temporal en el Congreso

- Editorial

El aspecto del Congreso de los Diputados durante la sesión de ayer resumía la magnitud de la crisis que azota a España y a la comunidad internacio­nal. El presidente del Gobierno, compareció para dar cuenta de la gestión de la emergencia sanitaria y mantuvo un debate con la oposición ante un Parlamento prácticame­nte vacío. Entre intervenci­ón e intervenci­ón, una empleada del Parlamento lavó los micrófonos y el atril. Nada es normal, ni en la política, ni en la economía (otra sesión para olvidar de los mercados) ni en la calle, con el país confinado. La gran preocupaci­ón es cuál será la nueva normalidad cuando termine el confinamie­nto y la epidemia esté bajo control.

En su intervenci­ón en el Congreso, Sánchez anunció que presentará unos Presupuest­os Generales del Estado para el 2021 de reconstruc­ción social y económica. Sánchez alerta de que «lo más duro está por llegar», y al mismo tiempo mira hacia adelante. El líder de la oposición,

abandonó el tono duro de los primeros días de la crisis y la crispación que hasta ahora había marcado la legislatur­a, y brindó su colaboraci­ón al Gobierno. Hubo reproches en su discurso, probableme­nte se trate de una tregua temporal, pero el de Casado fue un gesto apreciable. No solo durante la crisis es necesaria esta unidad que ayer en cierta medida se escenificó en el Congreso, sino que después será aún más importante.

Porque las noticias que llegan de todo el mundo son desoladora­s, y hablan de un avance imparable de la pandemia ante unos estados que deben encontrar un equilibro imposible entre evitar el colapso del sistema sanitario y al mismo tiempo dañar lo menos posible la economía. Es significat­iva la defensa del sector público que efectuó ayer Sánchez en el Congreso, donde afirmó que el objetivo del país debe ser «la protección del Estado de bienestar, el sistema público y la protección de la sociedad y la economía». Es sobre el sector público donde está recayendo la mayor parte del peso de la lucha contra la pandemia, y uno de los debates que sin duda serán inevitable­s cuando termine este periodo excepciona­l será cómo se refuerza lo público en ese esfuerzo de reconstruc­ción del que habló Sánchez. Casado, como es natural, discrepa

El buen tono en el debate parlamenta­rio es bienvenido. Ante la magnitud de la crisis, urge más que nunca la responsabi­lidad

en este punto, pero un intercambi­o de ideas como el que hubo ayer en el Congreso es lo que se espera de líderes políticos responsabl­es.

Lo cual no quita que se puede y se debe pedir explicacio­nes y responsabi­lidades por la gestión. Lo hicieron Casado y otros grupos de la oposición (ERC_fue especialme­nte dura, en la misma línea que mantiene la Generalita­t)._Pero ante la magnitud de la crisis (13.716 personas infectadas y 598 muertos ayer al mediodía) es de agradecer esta tregua temporal en la crispación que hasta ahora dominaba la política española. En hora tan grave, urge más que nunca la responsabi­lidad en los líderes políticos y el civismo y la solidarida­d en la ciudadanía a la hora de cumplir con las reglas del confinamie­nto. La unidad es vital para que este periodo excepciona­l sea solo un paréntesis. y todos salgamos más reforzados, como país y como sociedad.

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