Una carta al director
Estimado director del New York Times: Usted dirige un gran periódico local, pero mucha gente se entera de lo que ocurre en otros lugares gracias a sus corresponsales. Podría decirme: peor para ellos. Somos del gremio; hay confianza. Pero la cobertura internacional es uno de los valores de su periódico. Y la de España deja bastante que desear.
Si su medio contiene all the news that’s fit to print, la cobertura española contiene all the Franco that’s fit to print. El otro día su corresponsal colaba una referencia al dictador en un artículo sobre el coronavirus. El nombre de aparecía cinco veces en un texto sobre el Museo del Prado una, ninguna). Si puede sale en el titular; si no, puede aparecer en el pudoroso pade del obituario de
«manifestaba igual orgullo por sus orígenes catalanes y españoles [¿?]. También fue discreta sobre si su familia había sido republicana [...] o nacionalista, partidaria de Franco». (El corresponsal podría haber añadido que un conseller de cultura catalán le dijo a Caballé que su único defecto había sido casarse con un extranjero, el aragonés
El texto sobre la epidemia decía: «algunos gobiernos regionales están molestos desde hace tiempo por la interferente
tranquilo y no es fácil atraer a buenos corresponsales de prensa