España es un país
cia de Madrid en sus asuntos». La «interferencia» de un gobierno central en «sus» asuntos: su periódico acepta esa premisa. No es gran cosa: el Times llamaba referéndum al referéndum ilegal de 2017. Tituló: «España apartará al líder de Cataluña, escalando la crisis de secesión»: como si la Policía escalara un atraco al abortarlo. Escribía su corresponsal que «Madrid ya ha usado el palo para doblegar a los medios catalanes»: nada menos. Puede ser difícil verlo sin conocer bien el contexto; aisladamente muchas pueparecer justificado. Pero el efecto es una distorsión sistemática. Las visiones constitucionalistas se vinculan a la ultraderecha y a la menor ocasión se saca el folclore franquista. Entiendo que es lo más sencillo y todos tenemos prisa, pero la sensación que transmiréntesis es pereza mental. Es comprensible. España es un país relativamente tranquilo y no es fácil atraer a buenos corresponsales. Pero otros medios los tienen, y le pido que reconozca nuestro esfuerzo. En pocos años hemos vivido la crisis económica, la quiebra del sistema de partidos, una crisis constitucional y ahora una epidemia simultánea a turbulencias en la Corona. Hemos hecho méritos para convertirnos en un país interesante: ya estamos preparados para tener un buen corresponsal.
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