‘Las aventuras de Priscilla, reina del desierto’
En tiempos inciertos, películas optimistas. Precisamente fue Hollywood quien inventó en la época de la Gran Depresión el cine escapista. La población necesitaba desconectar de sus problemas diarios, de sus penurias económicas, y las tramas con mensaje positivo y happy end eran el vehículo ideal para reconfortar y tranquilizar. Las feel-good movies siempre han estado ahí para alegrarnos la vida, para que saliéramos de la sala con un chute de buen rollo. A veces se utilizan para hablar de temas importantes, y en otros casos su función es únicamente entretener. No hay una pretensión más honesta que esa.
Tom Hanks encarnó en esta película la ingenuidad de un niño que se convierte en adulto en una película destinada a formar parte de nuestras vidas para siempre. En ella se habla de crecer y de los pros y los contras que supone dejar atrás la infancia. Cuando eres niño disfrutas esta película por unas razones, y cuando eres adulto por otras, aunque siempre se llora y se ríe en las mismas escenas.
Se ha convertido en una de las películas icónicas del cine LGTBI. Es una road movie por el desierto australiano que es todo un canto a la libertad y la tolerancia, con un trío icónico formado por Terence Stamp, Hugo Weaving y Guy Pearce que consiguen trasmitir poderío, pero también frágil humanidad con tacones y brilli brilli.
Disponible en Filmin.
Una irresitible repostera encarnada por Juliette Binoche llega a un pequeño pueblo francés para hacer más felices a sus habitantes a través de sus dulces. Todas las frustraciones, problemas, deseos insatisfechos y miedos se evaporarán como por arte de magia gracias al sabor del chocolate cocinado por esta especie de hada madrina que solo quiere hacer el bien frente a la intolerancia y cerrazón religiosa que le rodea. Un cuento dulce, dulcísimo que puede alegrar perfectamente un día aburrido y tedioso.
Disponible en HBO, Netflix y Prime Video.